Navegar / buscar

VIOLENCIA FAMILIAR SE MANTIENE ALARMANTE

91 por ciento de las agresiones no se denuncian

“Este es el caso de Andrea. Cada cierto tiempo en aquella casa se escuchaba a la mujer gritar: “¡págame!” mientras se rompían violentamente todo tipo de objetos

Irene Escobedo López

Su historia la conocí esa tarde de jueves después de que el escándalo había alertado a todos en el vecindario. Dijo llamarse Andrea, estar casada y tener 23 años. La pobreza y la carencia afectiva la han conducido a ejercer la prostitución, desde donde se niega a aceptar que es víctima de violencia.

Andrea, no es seguramente su nombre real, tampoco la edad corresponde a su fisionomía. Es madre de tres, todos niños menores de 5 años, uno de brazos. Es una mujer que como muchas, cientos, miles en Zacatecas vive expuesta a la violencia.

Las altas cifras de violencia en los hogares, justificada anteriormente por la pandemia y la obligación a la convivencia permanente y cotidiana de la cuarentena ya no se puede apoyar más en los mismos motivos, continúa y resurge en la entidad como un desolado escenario de descomposición social.

De acuerdo al Instrumento para el Registro Clasificación y Reporte de Delitos y las Víctimas de la Secretaría de Seguridad Ciudadana entre 2021 y 2022, los delitos contra la familia ya suman poco más de 7 mil en el Estado y los feminicidios ya son 22.

Cifras que no consideran las denuncias que se omiten, que nunca llegan, de las que no existe un reporte ni carpeta de investigación y que son más del 91 por ciento. Este es el caso de Andrea. No era la primera vez. Cada cierto tiempo en aquella casa se escuchaba a la mujer gritar: “¡págame!” mientras adentro parecían romperse violentamente a propósito todo tipo de objetos. En vano fueron las llamadas al 911. Siempre desde adentro un hombre respondía “todo está bien no pasa nada, es una discusión de pareja”.

Uno de los desencuentros más recientes terminó con la muchacha huyendo de la casa. Logré interceptarla, preguntarle si estaba bien, avisándola que llamaría al 911. Para mi sorpresa, con mucha desesperación me suplicó “me va a meter en problemas, por favor, por favor no”, imploró. Supuse que tendría miedo a su agresor. Casi siempre este es el caso. Pero entonces explicó: “a él no le tengo miedo.

Con él son asuntos de dinero. Le exijo mi pago”. Cuestionada respondió ser sexo servidora, casada y con tres pequeños niños, “también voy a la universidad, pero no me alcanza el dinero, (comprar) pañales, leche, comida. Mi esposo es drogadicto.

Si llama a la policía mi familia se va a enterar”. Lamenté tener que dejarla continuar su camino. De acuerdo con información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, las cifras de violencia familiar han tenido un crecimiento alarmante, a nivel nacional en lo que va del año el número de víctimas alcanza las 214 mil, la mayoría, 183 mil por violencia familiar y 3 mil 577 por violencia de género. De acuerdo con datos oficiales las víctimas tienen motivos casi siempre similares para no denunciar las agresiones. Independientemente de que realicen un tipo de trabajo específico o su condición económica y social, en la mayoría de los casos lo hacen porque consideran que se trató de algo sin importancia y que no le afecta. También omiten denunciar por miedo a las consecuencias o amenazas, por vergüenza o por temor a que no le crean.

Las denuncias por violencia familiar que se presentan ante el Ministerio Público, representan solo el 9 por ciento de los casos de agresiones y violencia en los hogares y principalmente contra mujeres. El 91 por ciento guarda silencio. Asimismo, más del 80 por ciento de los casos en que las mujeres son violentadas por una persona distinta a la pareja, no se denuncian, confirma INEGI.

Las agresiones que pueden ser una acción u omisión, van desde jalones de cabello, pellizcos, empujones y hasta lesiones que causan la muerte, daño psicológico, físico, patrimonial, económico y sexual.

Pese a que Zacatecas presenta altas cifras de violencia, no se encuentra entra las entidades donde las mujeres sufren mayores riesgos de ser agredidas. Nuevo León, Veracruz y el Estado de México son lugares de alto riesgo de acuerdo al Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública. Guadalupe en Nuevo León, Juárez en Chihuahua y Ecatepec en el Estado de México serían a su vez los municipios más violentos para las mujeres.

Ninguno del Estado de Zacatecas aparece en la lista de los 100 municipios con más altos índices de feminicidio.

Mientras tanto, Andrea sigue sin denunciar. La última agresión, mientras salía huyendo descalza en medio de la lluvia y con su mochila en la espalda, le gritó a su agresor:

“no quiero que mañana vayas a querer pedirme perdón”. Seguramente él lo hizo, hoy Andrea está de visita. La pobreza la ha convertido en su propio verdugo. Esta noche será larga para todos.