Primero votar que ser cristianos
Irene Escobedo López
El peligro de autodefinirse libres del virus

En este país o estamos ante un virus muy caprichoso o las cifras de contagios y muertes por coronavirus en sí mismas son un capricho, de alguien o de algunos. Desde Palacio Nacional no solo nos bajaron a amarillo, sino que se asegura que a mitad de año estaremos haciendo una vida normal con una recuperación en salud, economía e incluso en el empleo similar a los niveles registrados antes de la pandemia.
Que el semáforo cambie tan repentinamente es un factor que enciende las alarmas porque, o estamos ante un caso de negacionismo por conveniencia electoral o somos el país de las maravillas donde a pesar del mal manejo de la pandemia y de la poca disposición de muchos para asumir medidas preventivas, con tan solo desearlo, de un chasquido al parecer logramos reducir a niveles ínfimos los contagios y muertes por Covid. Dicho lo anterior vale la pena reflexionar sobre el caso de Tanzania un país que se autodenominó libre del virus. Con cero contagios y ningún fallecido por Covid-19 llamaron la atención del mundo, pero como siempre todo cae por su propio peso y no contaban con que habría delatores No todos estaban dispuestos a guardar silencio y afectada por la devastación la Iglesia católica local cerró la semana haciendo serias revelaciones. Denunció que en Tanzania más de 85 sacerdotes y religiosas fallecieron por causas del Covid y que además los índices de mortalidad por causas del coronavirus llegan casi al 20%. El dato, revelado a través del diario católico italiano Avvenire expone también que el Presidente Magufulli habría instruido a médicos y hospitales para que ningún paciente con síntomas de coronavirus fuera catalogado como tal y que también ningún fallecimiento tuviera anotada como causa de muerte el contagio. El riesgo de autodefinirse libres de una pandemia es muy alto considerando que cualquier control preventivo se está vulnerando y que por ende la población relaja todo cuidado porque alrededor la vida parece funcionar como si nada pasara, aunque como en el caso de Tanzania las cifras sigan creciendo y tarde o temprano caigan por su propio peso.
El hecho de que México esté superando la pandemia como por arte de magia -situación que no ha sucedido ni en los países del primer mundo- pareciera indicar que en nuestro país es más importante “primero votar que ser cristianos’ o lo que es lo mismo primero tener el voto en la bolsa y después pensar en las consecuencias, pero entonces se quedarán con el voto y con el cargo de conciencia, si es que la hay una conciencia y si es que lo tienen, el voto.