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Nadie estará en el anonimato

Por Irene Escobedo

Tenemos casi a la vista la integración del padrón de telefonía celular considerado dentro de la ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión. La pretensión es que todas las líneas de telefonía móvil puedan ser identificables y no anónimas.

¿Qué estaría en riesgo? Evidentemente la privacidad. Cualquiera que utilice un teléfono celular podrá ser identificable. Esto abre un debate sobre el control que posiblemente vaya a ejercer el gobierno para rastrear y monitorear llamadas y personas, cuestión de seguridad nacional dicen, pero también de vulnerabilidad para la población.

Afirman que los intentos de extorsión van a disminuir necesariamente, al menos si se realizan a través de un teléfono móvil, pero en el país de la creatividad y donde todo es posible, los delincuentes no se van a quedar quietos. Tienen a su favor la impunidad y el camino será implementar nuevos métodos, o refinar los actuales, no olvidemos que se trata de un delito que genera miles de millones de millones de pesos para el bolsillo de los extorsionadores.

Desde el lado de las empresas operadoras de servicios de telefonía móvil, para las más pequeñas será difícil sobrevivir. Se acrecentará la competencia y las SIMS tanto nacionales como extranjeras que operen en México, ya no podrán distribuirse en serie, a menos de que se cuente con los datos de la persona a quien le será asignada la línea.

Por otro lado, ¿hasta qué punto nuestros datos podrán ser protegidos o vulnerados y estar a disposición de la delincuencia como en directorio telefónico para, ahora sí ponerle nombre y apellido a las posibles víctimas? Hasta ahora se sabe que el registro será obligatorio y quienes no aporten sus datos a través de una CURP e identificación oficial, tendrán solo acceso a llamadas de emergencia.

Seguramente habrá otras modificaciones en el caso de las líneas que actualmente operan para llamadas internacionales, sobre todo a los Estados Unidos y Canadá, países donde no siempre hay necesidad de identificación para los usuarios de telefonía móvil un ejemplo son los chips de prepago. De alguna manera se tendrán que empatar las reglamentaciones internacionales, sin vulnerar los derechos de los usuarios tanto nacionales como extranjeros, principalmente de nuestros migrantes, que quedarán bajo las restricciones de un país como México en materia de telefonía y por otro las reglamentaciones con las que se opera la telefonía en los Estados Unidos.

En el caso de turistas y residentes temporales en México, también será necesario aclarar qué normatividad aplicará para el control que él Estado ejercerá a partir del próximo año y donde están de por medio 150 millones de líneas telefónicas celulares que están en posesión de la población del país.

Aunque en general se ha generado especulación sobre la restricción como una forma de censura, y qué podría vulnerar algunos aspectos en materia de derechos humanos, con la medida nos sumaremos a los más de 150 países donde nadie en posesión de un teléfono móvil puede estar en el anonimato.