Mitigar la pobreza con 20 pesos y dos píldoras al día
Irene Escobedo López
Fármacos a base de paracetamol, se venden más que los jitomates, “dicen que es para olvidar”
En cada esquina del país, hay una tiendita de abarrotes, en este lugar se retrata una de las realidades más crudas de la grave situación económica que se vive en México. En los changarros la situación no es menos dramática que en las encuestas. la ENCO del INEGI plasma igualmente el pesimismo y des- confianza de la población que descarta la posibilidad de una mejor economía para las finanzas personales y del país.
En las tiendas de abarrotes confluye la sociedad olvidada, que busca la supervivencia, mantener el aliento con 20 pesos para sobrevivirle al día, que consume antipiréticos para ‘olvidar’. Hasta ellos, pequeños comerciantes y su clientela no llegan los discursos alentadores de las mañaneras que evaden la crisis, pero hablan de recuperación y ahora hasta de bienestar, contra las expectativas también de los especialistas que han abierto ya el discurso hacia una posible recesión.
Aquí en el changarro no hay lugar a fantasías; en los pequeños comercios comerciantes y clientela experimentan en primera persona el ahogo por la crisis. Hay más estantes vacíos que mercancía rebosante, son sobrevivientes de la crisis económica y sanitaria. Los que siguen abiertos al público pagan las consecuencias de ser insistentes de mantenerse a flote.
La severidad de la crisis se refleja en los resultados de la Encuesta Nacional sobre Confianza del Consumidor (ENCO) revelados esta semana por el INEGI, ejercicio con el que confluye el Banco de México, la población consumidora percibe una negativa situación económica para el país y para las familias, peor que hace doce meses y que pudiera mantenerse dramática por un lapso de por lo menos un año. Los mexicanos, dejaron de consumir, sobre todo, bienes de uso duradero y la percepción de que las finanzas personales van en retroceso es también generalizada y pesimista.
Más allá de la percepción y las encuestas, la grave crisis, obligó a miles de comercios en pequeño a cerrar sus puertas. Los que no perduraron, fueron más de un millón de pequeños negocios en 2021 como consecuencia de la pandemia, de la crisis, pero también de la falta de apoyo gubernamental que sí se erogo en otros países hacia este sector, según declaró al diario El Financiero el presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo, Héctor Tejada.
Fruta marchita, mercancía a punto de caducidad, refrigeradores a mitad de su capacidad, es el drama del pequeño comercio. En México, el 94.9% de los establecimientos son micro; 4.9% son pequeños y medianos, y únicamente 0.2% son grandes establecimientos, según datos del censo económico del INEGI.
Todos los pequeños negocios tienen un poco de todo y sin excepción, una sección de fármacos de venta libre, con cubrebocas, y gel ahora también a disposición del consumidor, pero de entre los fármacos los más demandados son a base de paracetamol, se vende más que los jitomates, advierte un comerciante que pidió el anonimato.
Incrédulos, permanecimos en el lugar, pronto había ya una pequeña fila de consumidores, la mayoría solos y uno de ellos, una anciana bastante humilde, acompañada por lo que parecía ser su familia, un adolescente y una mujer de no más de cuarenta años.
De entrada, al escepticismo le siguió el estupor. Tres clientes compraron no más de 20 pesos en mercancía varia: de 3 a 5 pesos de arroz, una papa, un jitomate, 5 pesos de chile guajillo, 4 pesos de crema agria, la comida del día y dos pastillitas con costo adicional. Un menor compró un cigarro sin el menor empacho ni del comerciante ni del joven.
Dos clientes ligeramente más generosos compraron un cuartito de queso fresco, un mango, ajonjolí, un paquetito de fideos, un rollo de papel sanitario y 5 pesos de arroz. Incluyeron además varios pares de pastillas de Sedalmerck que el comercio tenía ya dispuestas y cortadas de dos en dos. La cuenta final fue de casi 140 pesos, por cada consumidor. Casi 50 pesos en alimentos y un promedio de 70 pesos en medicamentos. La anciana repartió en el lugar un par de pastillas a sus familiares acompañantes.
No, no es para la Covid, me comentaría la encargada del negocio: “las pastillas las compra la gente todos los días”. El par cuesta 14 pesos; buen negocio, intuí, en las farmacias de genéricos no pasan los 10 pesos una caja con medicamento a base de paracetamol, aunque en presentación de Sedalmerck la que busca el consumidor en changarros, puede costar en farmacias hasta 70 pesos con 20 tabletas-
Pero el comerciante tiene su propia tarifa e información que ha recopilado de los testimonios de los clientes y se explaya sobre las no muy nobles ‘bondades’ del medicamento: la gente acostumbra a tomarlo diario (es adictivo), dicen que es para olvidar. -Olvidar qué- asentí. -Les calma la mente, dejan de pensar en todo, hambre, necesidades, que no tienen trabajo o dinero. Les vacía el cerebro. -enmudecí.
Recuperación económica vs riesgo de toxicidad
“El consumo descontrolado de paracetamol interfiere en los sistemas naturales de control del dolor, lo que ocasiona que se pierda la empatía. Todo nos deja fríos: Sea que alguien sufra o se alegre. El excesivo consumo de medicamentos a base de paracetamol crea una coraza emocional interna”, es la advertencia que hace el especialista Gerhard Müller-Schwefe, del Centro del Dolor y Paliativo de Göppingen, Alemania.
En la red, diversos sitios ‘asesoran’ y ofrecen los medicamentos de venta libre para los abarroteros bajo promesas tipo: “Aunque tal vez no lo hayas pensado, vender medicamentos OTC (de venta libre), te dejará un muy buen margen de ganancia. Adicionalmente, las marcas hacen grandes inversiones en publicidad, por lo tanto, su venta resulta bastante fácil”.
A este nivel y ante la crisis, las opciones para generar mayores ingresos, son actos va- lientes y desesperados que sin embargo no alcanzan a mitigar la pobreza, ni siquiera a alentar la esperanza, abren por el contrario otras crisis que meten en riesgo la vida de los seres humanos y ante la cual persiste el abandono y la indiferencia.