Las convicciones políticas
– Jaime Santoyo Castro
El Diccionario para Juristas de Juan Palomar de Miguel nos dice que la palabra convicción viene del latín (convictio), que quiere decir convencimiento. Idea política, ética o religiosa, a la que uno está fuertemente adherido.- Lo subrayado es mío, para establecer la idea fuerza de la palabra a estudio.
Francisco Pi Margal, político español (1824-1901) decía que las convicciones políticas son como la virginidad: una vez perdidas, no vuelven a recobrarse.
Tomando en consideración los procesos electorales que se viven en nuestro país, me parece interesante hacer un pequeño análisis de la gran cantidad de movimientos migratorios que se dan al interior de los partidos, en los que las convicciones aparentemente no están lo fuertemente adheridas ni a las personas, ni a los partidos, como el significado de la palabra nos lo presenta.
En primer lugar, pareciera que la mayoría de los partidos han hecho a un lado sus convicciones con el único fin de alcanzar el poder, sin presentar un contenido programático que justifique la aparente comunión de convicciones. El pragmatismo ha vencido al compromiso ideológico, lo que es preocupante, porque no hay una clara idea del rumbo que tomaría la conducción del gobierno. La ocurrencia, la improvisación, la frivolidad se enseñorean más allá de las prioridades nacionales y por ello la sociedad se fastidia de las actividades de los Partidos. De todos!!!. No de unos más que de otros.
Parece una jugarreta ver juntos a la izquierda con la derecha. Un matrimonio antinatura; imposible de unir propósitos. De obtener la Presidencia de la República o la mayoría de las Cámaras del Congreso de la Unión, para dónde jalarían? para la izquierda o para la derecha? o se harían los desentendidos prendiendo la direccional a la izquierda y dando vuelta a la derecha o viceversa? Dónde quedaron las convicciones de la gente de la izquierda? O dónde quedaron las convicciones de la gente de la derecha?
Vemos otra alianza que pareciera que va a juntar el cielo con el infierno. No se nos vaya a caer encima¡¡¡ Las creencias religiosas envueltas en un partido de derecha, prometiendo el cielo y las estrellas con la retórica populista que promete el paraiso terrenal.
En cuanto a las personas, los militantes, no se ve tampoco que estén fuertemente adheridos a un partido, toda vez que vemos candidatos a todo que han recorrido todos o la mayoría de los partidos y que lo mismo esgrimen argumentos para defender una trinchera que lanzan acusaciones para probar que ya no es lo que el pueblo quiere y todo porque no les dio. Los partidos se han vuelto, así, lastimosamente, en lavaderos de imagen; maquilladores, simuladores, dándole a la sociedad un nuevo circo, que está muy lejos de ser el camino de la democracia que es aspiración de la humanidad.