LA PAPA QUE ENGORDA
Irene Escobedo López
Con esto de la inflación nos está llegando el agua al cuello, pero no a todos. Lo que está sucediendo en el mercado, con algunos productos de primera necesidad se parece al juego de la pirinola donde por un lado todos ponen y por el otro, algunos toman todo.
A pesar de las medidas implementadas desde nivel central para la contención de la inflación, centrales de abasto, cadenas de autoservicio a través de sus centrales de compra, introductores, intermediarios son los que se estarían beneficiando.
La secretaria de Agricultura reportó que, en siete de diez productos del Paquete contra la Inflación y la Carestía (hortalizas, frutas, granos y productos cárnicos) en los que el gobierno busca controlar sus precios, los intermediarios se están llevando las ganancias.
Mientras usted y yo nos privamos de un buen puré, porque la papa se paga en casi 50 pesos el kilo, los intermediarios están engordando con las papas, elevaron sus ganancias en un 51 por ciento solo por este producto.
Lo mismo ocurre con la cebolla, con similares márgenes de ganancia para los revendedores, mientras que, con el huevo, aquellos que compran a los productores y luego lo llevan al mercado y éste al consumidor están logrando ganancias de hasta el 24 por ciento.
En gran medida los intermediarios son los grandes responsables de que comamos peor, de que el guacamole ya sea imaginario y de que ya ni para cebolla en los tacos nos alcance. Soluciones rápidas: cómprele al productor, hagamos economía de traspatio, hagamos huertos familiares, ensuciémonos las manos de dignidad.
Dejemos la mentalidad tercermundista, no se nos va caer nada si cultivamos un huerto. La economía de traspatio es un concepto muy usado entre los europeos y es una base muy importante para el consumo de productos de calidad, sin fertilizantes y a bajísimo costo.
En buena parte la dieta mediterránea comienza así, con el autoconsumo, con la planificación de un huerto. Casa que se respete en el viejo continente tiene su huertito donde por lo menos hay hierbas aromáticas, lechuga, ejotes, tomate, brócoli en tan solo un pedacito de tierra en el jardín.
Es fascinante consumir lo fresco, lo recién cosechado, es elemental poder comer y más aún poder comer bien… sin engordar a los especuladores.