Personal de salud que se manifestaba en la Ciudad de México fue reprimido por elementos de seguridad durante las jornadas de protesta del 22 y 23 de julio. Trabajadores del IMSS Bienestar y del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (SNTSA) que exigían mejores condiciones laborales fueron contenidos mediante el uso de la fuerza en importantes vialidades de la capital.

La respuesta de las autoridades incluyó el despliegue de policías antimotines, quienes aplicaron tácticas de encapsulamiento, particularmente en Insurgentes Sur y Paseo de la Reforma. Durante la intervención policial se registraron jaloneos y golpes, lo que dejó un saldo de al menos dos personas lesionadas.

Los manifestantes demandaban el pago de bonos, la reinstalación de personal despedido y el respeto a su estabilidad laboral. Además, denunciaron una grave escasez de insumos y medicamentos en los centros de salud, señalando como ejemplo la falta de paracetamol en las unidades del IMSS Bienestar.