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El teletón y la inclusión

– Efrén Berumen López

En la edición 2015 del teletón en nuestro país que se realizará los días 11 y 12 de diciembre, el lema utilizado es: “Por la inclusión y calidad de vida de nuestros niños”. Deseo compartir una opinión, no acerca de lo recaudado, ni de toda la mercadotecnia involucrada, ni mucho menos de las críticas que aparecen alrededor de este evento,  sino más bien de un tema fundamental que a todos nos involucra: la inclusión.

En primer término, quiero ir a la historia de este tópico. Desde la época del Gobierno de Benito Juárez, ya se comenzaba a vislumbrar  la necesidad de involucrar a las personas con algún tipo de discapacidad en la sociedad y se comenzó a pensar cómo las personas podrían estar juntas. En esa época, se crearon la escuela nacional para ciegos y la escuela nacional para sordos, alrededor de cien años más tarde, en la década de los 1970´s se crearon las escuelas de educación especial, en los 80´s se empezó a trabajar con grupos integrados, aunque considero que sin ninguna visón concreta, ya que los alumnos entraron a las escuelas “tradicionales” pero no a los salones de clase. En la década de los 90´s se utilizó la idea de la integración educativa con la denominada Propuesta Curricular Adaptada, en ella los alumnos estaban integrados pero no incluidos. Recientemente, en el año 2007, se designó la noción de inclusión educativa con la nombrada Propuesta Curricular de Ajustes Racionales. Y es en este concepto donde me permito intervenir.

En términos generales, la inclusión educativa es educar en y para la diversidad. Algunos de los factores más importantes que inciden en el tema de la inclusión educativa son: la familia, la escuela, la sociedad y la cultura, por mencionar algunos. La inclusión educativa es un tema muy sensible y difícil de abordar, se han realizado varios cambios más o menos significativos desde ya hace varios años y todavía no se ha logrado consensuar algo bien definido. Creo que las personas que nos dedicamos a la educación tenemos disponibilidad, compromiso y responsabilidad de trabajar de la mejor manera. Las familias que deciden llevar a sus hijos con necesidades educativas especiales a las escuelas, también tienen la responsabilidad y el compromiso de apoyar a sus hijos (eso como padre cualquiera lo haría). Estos dos elementos profesor-familia, familia-profesor son los dos ingredientes esenciales para seguir aportando a nuestra sociedad.
Otro  componente es la institución educativa y su equipo de trabajo; sin un lugar donde conjugar estos elementos lo anterior no se concibe.

Con respecto a las percepciones y actitudes de los profesores, en el tema de la inclusión educativa, considero que difícilmente se podrán cambiar las actitudes de los docentes, porque se les quitaría el libre albedrío que las personas tienen y se le impedirían sus propias prácticas personales. Lo que sí es posible, es influir de manera positiva en sus prácticas docentes, apoyándoles con los recursos necesarios, trabajando de manera interdisciplinaria, y por supuesto actualizándolos. Respecto al lema mencionado al principio,  la inclusión educativa es un medio, no un objetivo, el objetivo final sería mejorar la calidad de vida de las personas. Todos somos parte de la inclusión, en nuestras escuelas y en nuestra sociedad, no sólo debe haber “rampas adecuadas” sino “acciones adecuadas”.