El protocolo de regreso a las aulas y la escuela que queda lejos
Un retorno seguro implica conciliar algo más que la corresponsabilidad escuela-familias
Por Irene Escobedo López
La Secretaria de Educación Pública presentó el “Protocolo para el regreso a clases presenciales” dentro de la nueva normalidad, el cual contiene las medidas que habrá de implementar a manera de filtros, para evitar nuevos posibles contagios.
Esteban Moctezuma, Secretario de Educación adelantó que se regresará solo cuando el semáforo esté en verde, que la familia será responsable de tomar temperatura y de verificar que el estudiante vaya a la escuela en buenas condiciones de salud, la escuela aplicará gel antibacterial y sanitizará instalaciones, capacitará además al personal docente.
Ante la realidad del COVID y el regreso a clases, un análisis el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) apunta que la Pandemia ha golpeado toda la estructura educativa y la pone en riesgo, tanto ahora como en los próximos tiempos. El impacto –apunta el organismo- pone en jaque incluso la agenda para el desarrollo sostenible, en su objetivo por alcanzar una educación de calidad, inclusiva, equitativa y para toda la vida.
El retorno a clases implica algo más que la corresponsabilidad familia-escuela. La Unicef precisa toda una serie de condiciones que pueden truncar el desarrollo del derecho a la educación y cualquier enfoque de equidad e inclusividad. Para favorecer el retorno a las aulas es importante considerar el equipamiento, movilidad, conectividad, acompañamiento, así como la conciliación laboral (de los padres) ante los nuevos (posibles) brotes o confinamientos totales o parciales que se puedan dar al inicio del próximo curso.
Y es que efectivamente el modelo propuesto para el retorno educativo en México no toma en cuenta muchos de estos factores. La familia asumirá la responsabilidad de las condiciones en las que el infante acuda a la escuela, sin embargo un niño puede salir en las mejores condiciones de su hogar pero, el solo recorrido que realice para llegar a clases, lo expondría continuamente a riesgos sanitarios.
Desde barrios pobres, colonias populares, ciudades o el medio rural miles de niños en este país deben desafiar grandes distancias y climas. Hacen largos viajes para ir a la escuela, caminando, en autobús o bicicleta.

En su publicación “Camino a la Escuela” (Journeys to School) la Organización para las Naciones Unidas (ONU) confirma los difíciles trayectos que un niño pobre, indígena o del medio rural tiene que realizar para ir a las aulas: “Atraviesan desiertos, ríos, aguas heladas o contextos urbanos peligrosos”. La publicación es un recordatorio de la urgente necesidad de que no todos los niños tienen las condiciones adecuadas para trasladarse a la escuela.
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), desarrolló una herramienta para conocer información relativa a la movilidad. En un muestreo aplicado a los habitantes en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM), advierte que “personas con marginación alta y muy alta recorren diariamente más de tres horas usando al menos un medio de transporte para llegar a la escuela o su trabajo”.
La encuesta de movilidad ciudadana 2018 del INEGI, también a manera de muestreo en el Valle de México, apunta que de los 15.57 millones de viajes en transporte público, en prácticamente 3 de cada 4 traslados utilizan el colectivo.
El reto para México es grande, el protocolo escolar debe garantizar sobre todo y además, trayectos seguros al trabajo, la escuela, el hogar, no todas las familias disponen de medios privados para sus traslados. Según la última actualización del INEGI en México hay 34 millones 875 mil 837 vehículos registrados. En Zacatecas 439 mil 592.
Por otro lado la UNICEF urge a la conciliación de la vida laboral y familiar y permitir el teletrabajo también en la nueva normalidad, para que los padres puedan ser cuidadores de los niños que por alerta de síntomas de COVID no puedan ir a la escuela el próximo ciclo escolar.
El protocolo propuesto por Esteban Moctezuma, para la nueva normalidad en la educación presencial, resulta todavía austero, sobre todo ante medidas tan escrupulosas que se están adoptando ya en escuelas y Universidades como las de la Unión Americana, donde se ha comenzado a reorganizar un sistema híbrido y en algunos casos a inhabilitar el sistema presencial. Algunas tan prestigiadas como Harvard anunciaron que pasarán a ser una escuela a distancia –se cancelarán incluso miles de visas estudiantiles, obligando a los extranjeros a regresar a sus países- para evitar así contagios masivos en escuelas.
Como dato adicional, la matrícula de estudiantes mexicanos en Harvard es del 3 por ciento, mientras que los chinos ocupan el 15 por ciento.