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El poder, cueste lo que cueste

 

Grupos políticos se valen de cualquier cosa por conseguir sus objetivos particulares, sin importarles lo que ocurra con Jerez y su gente.

Es históricamente la clase política, la peor calificada por la ciudadanía. En nuestro país, la mayoría de sus actores inspiran desconfianza y gozan de poca o nula credibilidad.

Este sentir de la gente se lo han ganado a pulso a través del tiempo, siendo personajes principalmente del PRI, los que han sido catalogados a nivel nacional como los más corruptos, ya que de los primeros diez en esa categoría, son nueve los que han surgido de las filas tricolores, cuyos nombres no viene al caso mencionar aquí, ya que son ampliamente conocidos.

Lo anterior no quiere decir que en otros partidos no existen ejemplares de este tipo, porque los hay y también tienen lo suyo, sin embargo, hoy ocupa nuestra atención gente de esa misma estirpe que según presumen, ha emanado de la revolución mexicana.

Lamentablemente no podemos vanagloriarnos en Jerez por la existencia de sujetos que se dicen revolucionarios e institucionales, cuya manera de “hacer política” a ellos mismos debería darles vergüenza, pero tal parece que se sienten orgullosos.

Específicamente nos referimos a la marcha que este domingo encabezaron militantes priístas que se dedicaron a insultar y ofender no solamente al presidente municipal, sino a su esposa y a colaboradores de su administración, lanzando falsas acusaciones y como en ocasiones anteriores, acarrearon gente con la promesa de alguna dádiva en efectivo, una torta, un refresco o una cerveza, las cuales uno de los maestros organizadores repartía, sobre todo a aquellos que más ofensas gritaran.

Da vergüenza que este tipo de actos se desarrollen en Jerez y que varios de los involucrados sean guías de jóvenes y niños en las aulas.

La frustración y el coraje de no ocupar los cargos públicos que anhelaban se refleja en sus acciones desesperadas, y sin argumentos se dedican a sembrar intriga en la población a través de la denostación, la ofensa y el insulto, que pone de manifiesto la baja calidad moral de quienes echan mano de estas prácticas sucias, pero que afortunadamente la mayoría rechaza.

Muestran su rabia porque en un año de gobierno, José Viramontes ha realizado mucho más que Eduardo López en sus tres años.

La ineptitud y mediocridad de López Mireles y su pandilla, no es culpa mas que de ellos mismos, y ahora este grupo, apoyado por otros más que andaban en busca de la presidencia, se “organizan” para el resurgimiento del PRI y la reaparición en escena del que ha sido el peor presidente municipal de Jerez en los últimos tiempos. Valiente manera de aparecer.

Pero no solamente José Viramontes ha realizado más obras y acciones benéficas para la población en su primer año; Eduardo López se quedó muy atrás también en relación a Alma Ávila, Andrés Bermúdez e Ismael Solís.

El alcalde señaló la existencia de un trasfondo político que evidentemente busca dañar a la presente administración, quieren hacerla quedar mal ante la opinión pública, sin importarles que con ello obstaculicen el avance del trabajo que con éxito se ha estado llevando a cabo. Hace también un llamado a la dirigencia estatal priísta a que revise la manera como se conducen en Jerez los militantes de su partido para que ponga orden y les enseñe a hacer política, política de altura para construir un mejor Jerez, lo cual definitivamente no va a lograrse con este tipo de bajezas.