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El erudito filósofo y gran intelectual jerezano Francisco Larroyo, protagonista de un memorable debate con eximio filósofo español

José Muro González

En la ciudad de México, en octubre de 1939, el filósofo jerezano Francisco Larroyo (1908-1980), a la edad de 31 años, sostuvo un resonante debate con el filósofo español José Gaos (1900-1969), recién asilado en México, como consecuencia de la Guerra Civil Española.

Esa discusión pública sobre filosofía levantó ámpula en los medios universitarios y académicos de la capital mexicana, tanto por el profundo conocimiento sobre la materia por parte de los participantes, como por la habilidad discursiva de ambos y, desde luego, por la hondura de sus respectivas disertaciones.

José Gaos, en su nativa España había sido rector de la reconocida Universidad Complutense de Madrid y fue también el discípulo más cercano y fiel del mundialmente recoNo solo Larroyo, durante una de las conferencias, se atrevió a cuestionar lo postulado por Gaos, sino que tomó la iniciativa de plasmar su punto de vista al respecto, dentro de un folleto que hizo llegar a Gaos, documento en el que, haciendo una refinada disquisición, expuso las debilidades de argumentación presentadas por el maestro español.

Además, las conferencias, así como las réplicas y contrarréplicas de ambos filósofos fueron publicadas en la Revista Hoy, lo que permitió que una amplia gama de lectores se interesara sobre la temática de este debate. Se trató de una especie de esgrima, a la alta escuela, en la que dos agudas mentes, utilizando todo tipo de citas de los grandes filósofos, especialmente de los alemanes, tema en los que ambos protagonistas eran expertos, pugnaron por tratar de convencerse entre sí que a cada uno de ellos le asistía la razón.

Por su intervención en este debate, que le dio renombre y reconocimiento a Larroyo dentro del medio universitario, además, claro está, por el éxito logrado en las otras varias funciones que desplegó como catedrático en la UNAM, así como por su meritoria labor como escritor y ensayista (autor de varias docenas de libros), panocido filósofo español José Ortega y Gasset. Además, Gaos fue un prolífico traductor al español de un buen número de obras sobre filosofía originalmente escritas en idioma alemán.

Por su parte, el jerezano Francisco Larroyo, con maestría y doctorado en filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México, con estudios de posgrado en las Universidades de Berlín y Colonia de Alemania, además de ser brillante maestro, conferencista, polemista y fecundo escritor, estuvo a la altura de esa controversia intelectual que se prolongó por varias semanas. Previamente, Larroyo había fundado, en 1937, el Círculo de Amigos de la Filosofía Crítica y había iniciado la publicación de la Gaceta Filosófica.

El citado debate comenzó con un ciclo de conferencias sobre filosofía que dictó José Gaos en la Casa de España en México (institución que más tarde devendría el Colegio de México). Larroyo asistió a esas conferencias y, al final de una de ellas, formuló algunas consideraciones y reflexiones en torno a lo que él consideró como una utilización errónea, por parte del conferencista, de ciertos vocablos aplicables a la ciencia por excelencia, la filosofía. sados los años, fue nombrado director de la Facultad de Filosofía y Letras de nuestra máxima casa de estudios.

En el desempeño de esta función, en septiembre de 1963, le correspondió a Larroyo fungir como organizador y presidente del XIII Congreso Internacional de Filosofía, que tuvo su sede en la capital mexicana.

Fue tanto el éxito que obtuvo el mencionado Congreso internacional que Larroyo fue elegido presidente del Comité Internacional de Sociedades de Filosofía de 1963 a 1968. Con esta representación, Larroyo viajó a Jerusalén, París y Toronto para preparar el XIV Congreso Internacional de Filosofía que tendría como sede la ciudad de Viena y que se llevó a cabo en 1968.

En esta última ciudad se nombró a Larroyo Presidente Honorario del Comité Internacional de Sociedades de Filosofía, por lo que fue invitado a dictar conferencias en diversas universidades de todo el mundo. En la segunda gráfica se aprecia la foto grupal oficial de los participantes en el magno evento que constituyó el XIII Congreso Internacional de Filosofía, celebrado en la Ciudad de México en el mes de septiembre de 1963.