ECLECTIS
Raymundo Carrillo
Sin dejar de intentar comprender las vicisitudes por la que pueda pasar cualquier sexenio, a la altura de cuatro años, ya habría de haber buenos resultados de las políticas que se propuso y echó a andar, el sexenio de López.
Los buenos resultados prácticamente se reflejan, nada más en las pensiones de adultos, aún de que, en este último año, en Jerez y en otros municipios, se reportan para los últimos adultos registrados desde diciembre 2021 y enero 2022, el pago únicamente de un bimestre, correspondiente al parecer de septiembre-octubre, lo demás, existe la fundada suspicacia que fue a dar al fondo económico electoral para el 2024 de la delegada en Zacatecas; otra duda es que, además sea selectivo a quienes no coinciden con ella o ellos. No es tanto la corrupción, sino es por demás la impunidad.
Salieron peor que los anteriores. No se rifó el avión a pesar de la venta de boletos vía lotería nacional; no se ha alcanzado un servicio público de medicinas mejor, aunque no sea como el de Dinamarca; no sigue únicamente con sus doscientos pesos en la bolsa ni viajando en primera clase aérea, vive en un palacio virreinal, tiene cientos de guardaespaldas militares y su familia y gabinete usa la fuerza aérea militar para todos sus viajes, hasta para trasladar las botargas de su equipo favorito de beisbol; no mejoró la seguridad, al contrario, cambió de opinión y ahora se militariza el país y la seguridad pública, con las reservas de que sea necesario pero no constitucionalmente y menos si se considera que tuvo cuatro años previos para controlar el asunto; no se mejoró la calidad de la educación, al contrario, quitó el programa de tiempo completo tan inmejorable para los padres, alumnos e incluso profesores, les da dinero sin control a las juntas de la comunidad escolar pero, quien dicta en qué y con quién se ha de gastar son los servidores de la nación (las delegaciones únicas); no apoyó a la agricultura más allá de sus territorios en el sur del país y el desfalco en SEGALMEX debidamente denunciado y documentado vive el disimulo siendo tan grande o más que la famosa estafa maestra que tuvo tanto tiempo en la cárcel a Rosario Robles; se acabó los ahorros de muchos años de otros sexenios, ahora ya pide prestado también porque el tren y el aeropuerto, a pesar de hacerlo en gran parte con mano de obra ya presupuestada y/o casi gratuita de las Fuerzas Armadas del país, no le alcanzó; la construcción de la refinería se ha multiplicado más allá de dos partes más de lo inicial, considerando que en la población y público consumidor, la compra de vehículos eléctricos aumenta en el último reporte económico respectivo, más del 400 por ciento; se asocia con lo más corrupto del PRI cuando el mismo los exhibe como tal a través de su gobernadora de Tabasco y su secretario de gobernación que “no cantan mal las mismas rancheras”; el gas no bajó de precio aún de que ahora lo vende y distribuye el ejército aunque sea nada más en el Estado y la ciudad de México; tiene en entredicho su gabinete al cual le renuncian de los mejores los más buenos elementos; su honestidad la sostiene en discursos mañaneros, no así su honradez, editada y mostrada no solo en un libro sino en videos, conversaciones de su familia, de esa honradez de la que por cierto no habla porque de lo que habla es de la honestidad, de esa honradez pide pruebas de no tenerla (suena raro)… hay más, no cabría en el espacio respetado y respetable de DIALOGO.
Entonces cabría pensar que, el sexenio de don David Monreal Ávila tendría salvación porque nomás lleva un año, aunque no ha salido del último lugar de calificación estadística y popular ciudadana, sin embargo, al ser un: “copia y pega” de la 4T, versión NG, no es de esperarse sino lo mismo o peor, siendo posibles, convulsiones políticas indeseables cuando el hermano senador don Ricardo Monreal Ávila, no quedara de candidato para la silla presidencial nacional o, ni para la cdmx.
Las reacciones que manifiestan desde lo nacional López que las malas noticias y hechos se deben a que “vamos bien”, y, desde el Estado, por ejemplo, el secretario estatal de Seguridad Pública, diciendo que, las cruentas reacciones y las acciones violentas cotidianas e indetenibles de la delincuencia, son resultado de “estar bien” o, “ir bien”, en ambos casos, no lo parecerían así.