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CON CARENCIA ALIMENTARIA 17 POR CIENTO DE LA POBLACIÓN

276 mil zacatecanos sin acceso a la alimentación nutritiva y de calidad: coneval

Irene Escobedo López

Este 16 de octubre es el día mundial de la alimentación, acontecimiento que se celebra y motiva a iniciativa de la FAO, para que todas las personas tengan acceso a una dieta nutritiva y de calidad. Pero en el 2022, a pesar de los esfuerzos siguen encontrándose obstáculos para superar la carencia alimentaria, un tema que en Zacatecas afecta al 17 por ciento de la población.

En todo México este fin de semana, y como cada año, puntuales al calendario y al llamado de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), organizaciones civiles, gubernamentales, académicas, la población en su conjunto respondieron a la unidad con desfiles, eventos masivos y se dio inicio a la colecta de alimentos.

Bajo el lema de “No dejar fuera a ninguno. Una producción mejor, una nutrición mejor, un ambiente mejor y una vida mejor” este año se hizo nuevamente el llamado a la solidaridad en torno a quienes no tienen acceso a la alimentación, víctimas del rezago social, la corrupción, el cambio climático, los sistemas de producción y hasta las guerras.

En Zacatecas varios municipios vieron desfilar carros alegóricos exhibiendo la calidad alimenticia, -deseable para todos- y también la riqueza del campo zacatecano. El evento ha sido el preámbulo para que durante los siguientes días la población se acerque a los módulos de recepción de alimentos no perecederos que después y de manera sistemática serán distribuidos entre los más necesitados.

La disposición de alimentos no está al alcance de todos El universo de personas que en el Estado de Zacatecas carecen de una alimentación adecuada es, según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) de 276 mil niños, jóvenes y adultos cuya dieta no alcanza a llenar las 2 mil 100 calorías necesarias para ser considerada una alimentación digna, y si las alcanza, lo hace en base a carbohidratos y una alimentación carente en cantidad y calidad, con escasos nutrientes y vitaminas, deficiencias que son la causa de la desnutrición.

Un sondeo rápido, donde 10 personas respondieron a la pregunta ¿qué va a comer hoy? Cinco dijeron haber previsto surtir la despensa con lo suficiente y adecuado para preparar una buena comida y por lo menos dos veces al día. Dos no tuvieron respuesta. Tres comerán sopa de fideos, frijoles o huevo de una a dos veces al día.

No alcanza el dinero, coinciden todos. Se considera que existe Carencia Alimentaria cuando una persona presenta un grado de inseguridad alimentaria moderado o severo, es decir, tiene un deficiente acceso económico y físico a los alimentos, lo que se ve reflejado en racionar la cantidad de comida, cambiar el tipo de alimentos que consume, o pasar hambre.

El derecho a la alimentación, es uno de los principios proclamados en 1948 en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Son millones de personas en el mundo las que no pueden tener el derecho a una alimentación correcta donde el problema es el acceso a la disponibilidad de alimentos, pues se considera que el alimento que se genera en el mundo, bien distribuido podría ser suficiente para todos Las estadísticas hablan de un mundo en el que cerca de 800 millones de personas sufren de hambre, 150 millones se sumaron después de la pandemia.

En África una de cada cuatro personas padece hambre y dos tercios de las personas hambrientas viven en Asia. El panorama no es mejor para América Latina. La FAO advirtió que una cuarta parte de la población de América Latina y el Caribe vive en condiciones de inseguridad alimentaria.

La Organización con sede en Italia, recordó también que la pandemia de COVID-19 provocó que, en un solo año 22 millones de personas de este continente cayeran en condiciones de pobreza, obligándolas a adquirir alimen tos de peor calidad por la disminución de sus ingresos.

La convocatoria de la FAO para este 2022 es para contribuir no solamente en el marco de la jornada mundial, sino a la solidaridad continua para dar prioridad al derecho a la alimentación, a la seguridad alimentaria, a la nutrición, a la paz y la igualdad para todos.

“cada uno, gobierno, sector privado, académicos, sociedad civil, individuos e incluso los jóvenes, pueden colaborar para un futuro inclusivo y sostenible, demostrando mayor empatía y gentileza en las acciones cotidianas”.

Y es precisamente la acción colectiva la que está moviendo a partir de este fin de semana a innumerables instituciones y personas en todo el estado para ser parte de la colecta que encabeza el Banco de Alimentos BAMXZAC A.C.

El llamado es a la solidaridad y al bien común y para acudir a donar alimentos a los módulos ubicados en los centros de acopio de las principales tiendas de conveniencia del estado. Además, voluntarios a pie, recolectarán alimentos en las calles.

El objetivo es seguir apoyando con despensas, a las más de 22 mil familias que se encuentran en el padrón de beneficiarios del Banco de Alimentos de Zacatecas, que cubre 16 municipios entre ellos Jerez, Tlaltenango, Santa María de la Paz, Jalpa, Río Grande, Zacatecas y Guadalupe.

El banco de alimentos de Zacatecas se ha destacado por su dinamismo, ha impulsado un trabajo fundamental a favor de los más pobres, respondiendo de manera eficiente con la solidaridad de todos, ante la emergencia que provoca en las familias zacatecanas la carestía.

El hambre amenaza no solo la vida, también la dignidad del hombre – San Juan Pablo II Hace cuarenta y un años, en ocasión de la celebración de la primera Jornada Mundial de la Alimentación realizada en 1981, siendo entonces el mayor jerarca de la iglesia, San Juan Pablo II redactó un documento en el que expuso su preocupación por los millones de hombres, mujeres y niños “que se encuentran en condiciones demasiado precarias para obtener pan para el día siguiente”.

El pensamiento del pontífice impreso en aquel documento no ha perdido actualidad. La problemática expuesta sigue vigente y su visión alcanza hoy las dimensiones ya entonces sospechadas.

San Juan Pablo II describió que el problema del hambre no solo obedece a una insuficiencia global de productos alimenticios, sino a una falta de disponibilidad y aprovechamiento de las inmensas riquezas que encierra la naturaleza y que están destinadas al uso común y advirtió un mañana ensombrecido para la humanidad necesitada de alimentos:

“Se acentúa ahora un grave desequilibrio entre las necesidades de la población de grandes extensiones territoriales y los alimentos disponibles.

¿Cómo no estar preocupados por las crisis agudas que se esperan en el futuro en muchos continentes?

Entonces como ahora el llamado fue a la solidaridad y la conclusión del pontífice fue en el sentido de que cualquier acción a favor de los necesitados no se limite a la ayuda en forma de alimentos inmediatamente indispensables o, a iniciativas ocasionales, aunque esto es claramente indispensable en casos de peligro.