Navegar / buscar

“CIENCIA POLITICA APLICADA EN MEXICO”

 P0r Hebert Horacio Herrera Quezada.

-Resumen-

La ciencia política en México ha significado en la edad contemporánea, un parteaguas para la concepción actual del Estado mexicano, de la realidad social de los ciudadanos y del desarrollo económico de México en las últimas décadas. Diversos comentaristas afirman que la ciencia política mexicana ha seguido el modelo estadounidense y arrastra todos sus vicios, mientras que otros consideran que la disciplina en México está lejos del estándar estadounidense pero esa debería ser la meta. Este debate ha estado más presente en el terreno de las impresiones que en el de la evaluación sistemática del estado de la ciencia política mexicana. Así pues, partimos del análisis básico de la concepción teórica a las plataformas fundamentales de los conceptos puros del “ser” y el “deber ser”.

La Ciencia Política en México, a pesar de ser una disciplina que adquirió un status importante prácticamente en los mismos años en que ésta iniciaba a nivel mundial a consolidarse como una verdadera y propia Ciencia, es todavía poco valorada. Un ejemplo de ello: México es uno de los grandes países de América Latina que no cuenta con una Asociación Nacional de Ciencia Política. Contrario a las creencias sobre la americanización de la ciencia política mexicana, los resultados muestran que ésta es dominantemente descriptiva, monográfica y cualitativa. La conclusión principal es que, más allá de debatir la preeminencia de algún método en particular, la disciplina en México contribuirá más a medida que se discutan aspectos sustantivos de los métodos y procesos de investigación.

En 1951 se fundó en la UNAM la Escuela Nacional de Ciencias Políticas y Sociales, y un año después la Licenciatura en Ciencia Política propiamente. Pero la época impulsaba ciertas tendencias, y la Universidad en México se veía, y hoy se considera más, como una institución que debía (debe) crear recursos humanos para el mercado laboral, de allí que se privilegiara más la formación para el trabajo y poco, aunque con éxito,  para la docencia y la investigación. La Ciencia en sí misma sólo ha sido, dentro de las instituciones universitarias, una labor de una élite utilizando el término en sentido positivo. Es por ello que a la carrera de Ciencia Política  (CP) se le agregó el plus de ‘Administración Pública’. Éste modelo de programa de Licenciatura fue instaurado a un alcance nacional.

Palabras clave: Ciencia política; México; Administración pública; Estado Mexicano.

-Introducción-

Recientemente Giovanni Sartori (re)inauguró el debate sobre el estado de la ciencia política estadounidense y en general sobre el modelo de ciencia política dominante en el mundo. Para Sartori, «la ciencia política estadounidense no va hacia ningún lado. Es un gigante que sigue creciendo y tiene pies de barro». En México, el dictum sartoriano despertó gran interés en la comunidad académica. Algunos centros de investigación organizaron mesas de debate y diversas revistas especializadas dedicaron algún espacio para discutir el diagnóstico del «viejo sabio». Aunque no está explícito en las discusiones sobre la profesión en México, la disciplina parece estar dividida entre quienes consideran que el modelo de ciencia política estadounidense caracterizado por el uso de métodos estadísticos.

En contrapunto, los modelos teóricos formales han permeado en la investigación politológica en México, y quienes consideran que la ciencia política mexicana camina aún distante del modelo estadounidense. Sin embargo, el debate parece estar basado más en impresiones e intuiciones que en características verificables de la investigación politológica del país. A pesar de que el debate constituye el alimento para el progreso de la disciplina, en ausencia de un diagnóstico empírico de la ciencia política mexicana, los practicantes de la profesión corremos el riesgo de que nuestros juicios y prejuicios sobre el estado de la disciplina en general y en particular en nuestro país nublen nuestra posición en torno al debate, y sigamos reproduciendo preconcepciones erróneas en nuestra investigación.

Con base en el análisis de la Base de datos sobre ciencia política en México (BDCPM), que rescata las propiedades principales de una muestra de 231 artículos publicados en tres de las revistas académicas de mayor prestigio en el país (Foro Internacional, Política y Gobierno, y Revista Mexicana de Sociología), la presente pieza se propone examinar las propiedades que definen a la ciencia política mexicana.3 Con espíritu crítico y constructivo, presentamos un retrato empírico de la ciencia política que se publica en México. En términos generales, examinamos qué temas abordan los artículos publicados en estas revistas, cuáles son sus referentes empíricos, qué relación guardan las proposiciones de carácter descriptivo frente a las de naturaleza causal.

De acuerdo con nuestra revisión de la literatura, hasta la fecha no hay ningún artículo publicado que analice de manera sistemática el estado de la disciplina. Ni siquiera los estudios que han pretendido evaluar la práctica politológica en nuestro país ofrecen una radiografía sistemática sobre su objeto de estudio. Los analistas se han centrado en identificar las obras más importantes sobre el sistema político mexicano o bien en los hallazgos reportados más importantes sobre temas concretos del caso mexicano.

-Desarrollo-

Si bien es cierto que estos trabajos constituyen una fuente para todo estudioso de la política en México, también lo es que pueden dar una idea imprecisa de la investigación realizada en el país. Para el propósito del presente texto, el problema central de estas investigaciones es que su objeto de estudio está integrado por las investigaciones sobre la política mexicana, por lo que sus conclusiones no son aplicables a la ciencia política mexicana como objeto de estudio. Por otro lado, se han realizado balances con apreciaciones más o menos detalladas sobre la práctica temática y metodológica de la disciplina (Merino, 1999; Loaeza, 2005), pero tales estudios carecen de una evaluación sistemática de la producción politológica que respalde sus descripciones.

Una de las principales inquietudes que guían esta investigación consiste en determinar en qué medida los trabajos publicados en las tres revistas mexicanas de ciencia política están orientados colectivamente a constituir una contribución a la disciplina de la ciencia política en general, sin fronteras. Por supuesto, nos referimos a aspectos formales de las investigaciones revisadas, ya que una evaluación más acuciosa del grado en que cada pieza constituye una contribución requiere de un meta análisis sustantivo. En consecuencia, nos limitamos a verificar hasta qué punto están difundidas ciertas características de diseño de investigación de las que se puede decir que hacen más factible que una obra determinada constituya una contribución. En este sentido, enfatizamos que no pretendemos hacer juicios sobre la calidad de artículos particulares, aspecto sobre el que carecemos de los elementos de juicio. Lo que sigue es una evaluación del conjunto, destinada a detectar el grado de difusión de ciertas propiedades, así como posibles desequilibrios.

Para definir estas características, partimos de un enfoque plural de la metodología en ciencias sociales. De manera frecuente y en contra de nuestras aspiraciones, la elección de los métodos y diseños de investigación que empleamos es contingente al tipo de problema que pretendemos resolver, a las preguntas que formulamos o a la disponibilidad y calidad de los datos, por mencionar sólo algunos aspectos que consideramos al hacer investigación empírica. De manera paralela, a lo largo del proceso de investigación ponderamos criterios a la vez que intentamos aplicar un conjunto de reglas afines a los criterios que seleccionamos (Gerring, 2001). Desde esta perspectiva, lo que distingue a una investigación empírica que contribuye no es un determinado método de generación de teoría (inductivo versus deductivo) o un diseño de investigación en particular (cualitativo versus cuantitativo). Por el contrario, un estudio que contribuye al progreso de la disciplina es aquel que es capaz de generar proposiciones teóricas en forma de generalizaciones y someterlas a prueba empírica.

-Conclusión-

La ciencia política que se publica en México dista mucho de ser una réplica de su contraparte estadounidense. Pese a su evolución en el tiempo, la ciencia política mexicana es dominantemente descriptiva, monográfica y cualitativa, y las investigaciones causales existentes privilegian la generación inductiva de teorías e hipótesis. La única evidencia de americanización que pudimos encontrar se presenta en el terreno de la agenda de investigación, que es muy similar a la de la ciencia política de Estados Unidos, aunque sin impedir un cierto margen de atención a los problemas sociopolíticos que va arrojando la coyuntura mexicana.

Una vez que nuestros resultados han puesto en duda las creencias de la americanización de la disciplina en México, este texto giró su atención analítica a un tema de mayor relevancia: la contribución de la ciencia política mexicana a la disciplina en general. Como ya señalamos, lo que distingue a una investigación que aporta al conocimiento de aquella que no aporta no es el método de generación de teoría que emplea (inductivo versus deductivo) o su método de verificación empírica (cualitativo versus cuantitativo). Por el contrario, un estudio que contribuye al progreso de la disciplina es capaz de generar proposiciones teóricas y someterlas a prueba empírica; desde esta perspectiva, lo que está sujeto a debate no es si una investigación es cualitativa o cuantitativa, o si es de N pequeña o grande, sino si las decisiones sobre el diseño de investigación corresponden a los objetivos de la misma. En este sentido, nuestros hallazgos señalan tendencias encontradas; por un lado, cerca de una tercera parte de los artículos revisados reúne los requisitos mínimos para constituirse en una contribución, a la vez que se observa que es creciente la proporción de artículos con mayores ambiciones teóricas y de diseño; por otra parte, la disciplina en México tiene mucho que mejorar: 57 por ciento de los artículos de la muestra son descripciones no comparadas o son investigaciones sin evidencia empírica o sin un marco geográfico de aplicación. Con el propósito de construir una ciencia política mexicana que aporte cada día más a la disciplina, este artículo ha pretendido despertar el entusiasmo de discutir las decisiones sustantivas asociadas a los métodos y procesos de investigación.

-Referencias-

Bennett, Andrew et al. (2003), «Do we Preach what we Practice? A Survey of Methods in Political Science Journals and Curricula»

Buendía, Jorge (1997), «Incertidumbre y comportamiento electoral en la transición democrática: La elección mexicana de 1988», Política y Gobierno, (IV) 2, pp. 347–375.

Cansino, César (2008), La muerte de la ciencia política, Buenos Aires, Sudamericana.

Cimet, Adina (1996), «Nacionalismo y lengua en México, Revista Mexicana de Sociología,