AQUÍ Y EN CHINA
Irene Escobedo López
Nuestro sistema de salud ha sido y sigue siendo totalmente precario, es una advertencia que se plantea desde la UNAM, donde investigadores están comenzando a alertar de la poca capacidad que Mèxico tendrìa si nos llega a impactar nuevamente el Covid-19.
Investigadores de la Máxima Casa de Estudios como Samuel Ponce de León, Yedith Betzabé Guillén y Yolanda López han confirmado que los contagios no se han contenido en el país y siguen en aumento incrementándose principalmente en los últimos meses. Hay avisos de que también en China se han incrementado, lo que traería olas de mayor intensidad al resto del mundo. }
Los académicos dicen que hasta ahora el número de contagios en México es leve, lo que ha permitido que no se impacte de manera negativa la atención hospitalaria, sin embargo, han advertido también que persiste la precariedad del sistema de salud en cuanto a personal sanitario y servicios, capacidad hospitalaria, insumos como servicios de oxígeno, antibióticos, vacunas, relajantes, sedantes y antivirales y etc., etc.
Y este no es el único asterisco en los sistemas de salud, como prometido en su momento desde Palacio Nacional, la atención psicológica y psiquiátrica dejó de ser una prioridad. En la mayoría de los hospitales la figura del psiquiatra no existe más y deja al descubierto al 14 por ciento de los mexicanos que padecen trastornos de ansiedad generalizada y a los casi 4 millones de personas que padecen depresión, más ese otro 9 por Desglobalización. Nearshoring.
Desilusión. Antonio Sánchez González. Médico Las cosas rara vez salen según lo planeado. Tomemos como ejemplo la Ley de Reducción de la Inflación que hace no mucho promulgaron los Estados Unidos. Se creía que el mercado americano estaba cerrando su mercado a los coches eléctricos producidos en el extranjero, incluso en países «amigos» como Europa.
Sin embargo, en los hechos, abrió una puerta a los coches eléctricos, especialmente de alta gama, producidos en el extranjero. Porque si, bajo esta ley, las bonificaciones ordinarias solo se otorgan a automóviles fabricados en los Estados Unidos, dentro de un límite de precio e ingresos, este no es el caso de los automóviles bajo arrendamiento, subsidiados independientemente de su precio y origen. ¿Y qué pasó? El mercado estadounidense de leasing de automóviles aumentó 34% en solo tres meses (hasta marzo pasado) y ha beneficiado a los modelos de las principales marcas europeas.
El río del dinero siempre encuentra su cauce… Y la realidad desafía los caprichos. La guerra arancelaria contra China desatada en 2018 por Donald Trump tuvo poco efecto en los volúmenes comerciales, y el armisticio alcanzado en enero de 2020, que exigía que China comprara 200 mil millones de dólares adicionales en productos estadounidenses, no tuvo ninguno.
Con Biden, las armas de confrontación con el presidente Xi han cambiado: se pasó de la guerra arancelaria a la batalla a través de la política industrial. Según las estadísticas estadounidenses, la cuota de mercado de China en las importaciones americanas cayó en una cuarta parte en comparación con 2018.
Pero según las cifras chinas, ya volvió al mismo nivel. La diferencia se debe en parte a las contabilidades aduaneras. Lo medular consiste en otros detalles: China exportó 3590 mil millones de dólares de bienes en 2022 (7% más). Dos millones de paquetes chinos con un valor menor a 800 dólares cada uno, llegan a los Estados Unidos todos los días a tasa cero. Y en el primer trimestre de 2023, China ya es, por primera vez, la principal potencia exportadora de automóviles del mundo. Según el Consejo de Relaciones Exteriores del presidente Biden, «el superávit comercial de China es mucho mayor de lo que era antes de la pandemia.
El déficit de Estados Unidos es un poco mayor. China está exportando 1000 millones de dólares más hoy que antes de la pandemia», y el déficit comercial de Estados Unidos sigue siendo gigantesco. Y su persistencia evitar la desdolarización del comercio, otra paradoja contemporánea contradicha por las cifras económicas.
A casi pocas semanas del fin oficial de la pandemia, las cadenas de suministro se están reorganizando -y abaratando vertiginosamente- como si solamente estuvieran esperando esa declaratoria, lo que beneficia a Vietnam, India, Singapur o Indonesia. Estamos en medio de una «reglobalización» más que de una «desglobalización», según Ngozi Okonjo-Iweala, quien dirige la Organización Mundial del Comercio, en contra de las voces que por acá siguen esperanzadas en que el fenómeno del nearshoring no se desinfle -tal como algunos predijeron- y siga alimentando ilusiones. Fuera del pequeño núcleo de las empresas de alta tecnología que parece que caminan sobre cáscaras de huevo, la llamada desglobalización crea mucha complejidad, pero ofrece otras tantas oportunidades. Allí se construyeron puentes de oro para atraer inversiones si uno cumple con una corta check list básica.
Todo lo que el planeta tiene de fabricantes de baterías, paneles solares, chips, fármacos para enfermedades crónicas y tumorales o el hidrógeno se paga en parte por una herramienta de producción por triplicado, en tres continentes. ¿El mundo se ha fragmentado? Y, entonces ¿dónde quedó el nearshoring? Sin embargo, las contraseñas son las mismas -que antes- en todas partes: «contenido local», “educación”, «soberanía», “seguridad” y «descarbonización».
Ahí va el dinero. ciento de la población que sufre de adicciones y que requiere medicamento controlado por afectaciones en la salud mental, so pena en algunos casos, de intentar el suicidio, de presentar crisis que pueden convertirse en agresiones y violencia dentro y fuera de la familia.
Que no es un problema común, es tan común como el Covid, al menos en Zacatecas y recientemente se dieron a conocer las cifras y nos dejan muy mal parados, porque, nuevamente, como si de primados no tuviéramos ya suficientes, estamos en el top de las cinco entidades con mayor prevalencia de enfermedades mentales, esto significa que el 56.1 por ciento de la población adulta del estado padece síntomas de ansiedad y 6 de cada diez adultos tiene síntomas de depresión y esto no viene de China, donde por cierto apenas el 2.1 por ciento de la población padece de depresión o ansiedad.
Obviamente una enfermedad mental es una condición no electiva, pero hay desencadenantes y ante las fallas del sistema sanitario habría que reforzar desde las familias la autoestima, desarrollar la capacidad de resiliencia e insistir para recibir atención médica, aunque el Seguro Social y en general el sistema de salud en México tiene la indicación de ahorrar lo más que se pueda en medicamentos controlados.
Ningún tratamiento que exceda un mes, salvo que cada 30 días le vea el especialista, lo cual sería un milagro para Zacatecas donde la espera es de más de 6 meses para la mayoría de las especialidades y en el caso de psiquiatría, mejor quédese sentado, habrá que esperar más.