Se calculan pérdidas aproximadas a los 900 millones de pesos

Anteponiendo su integridad física, después de haber vivido trágicos sucesos ocasionados por grupos armados que se instalaron en la sierra jerezana, que atacaron a familias siendo despojadas de sus pertenecias, forzosamente tuvieron que huir, dejando abandonadas sus huertas de manzana y durazno, entre otros cultivos que representan una importante derrama económica para el municipio año con año.

Una superficie aproximada de seis mil hectáreas de durazno que quedaron abandonadas, huertas que año con año eran cuidadas por familias de 18 comunidades que tuvieron que irse ante las pocas garantías de seguridad existentes, a pesar de que durante este último año ha  sido el clamor constante de los habitantes de todo el municipio.

Los productores de la zona duraznera por excelencia señalan que en cada hectárea se tienen unos 500 árboles que producen cada uno 20 kilogramos de fruta, cuando reciben los cuidados necesarios.

En este época que se da la floración, el panorama es desalentador, ante la imposibilidad de atender las huertas, calculándose pérdidas económicas aproximadas a los 900 millones de pesos, ya que en base a cifras de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, anualmente se cosechan en esta zona del estado entre 6 mil y 8 mil toneladas, (datos entre 2018 y 2020).

El precio que paga el intermediario al productor es de 15 pesos por kilo en promedio, por ello, la cifra antes calculada de uno 900 millones que este año se perderían.

Aunque en menor proporción, también se registrarán pérdidas en el cultivo de ciruela, manzana y chabacano, además del gran daño a la ganadería, ya que han sido malbaratadas un número considerable de cabezas de ganado, además de las que se perdieron por robo, entre ganado vacuno, porcino y algunos caballos.

Las pérdidas pues, son muy grandes y afectan directamente a las familias desplazadas, pero indudablemente dañan severamente a la economía de todo el municipio.