El día de muertos en el cine mexicano : tradición, ritual e identidad nacional
Por Yarahima N. García Carlos
Para esta ocasión me fue muy difícil elegir solo una película que retratara el Día de Muertos, ya que esta festividad se manifiesta de diferentes formas dependiendo de la región, y elegir una sería excluir la demás riqueza cultural de México.
Por ello, en este texto se desglosará el Día de Muertos como una festividad que lleva implícitos tres conceptos importantes: tradición, ritual e identidad. También se abordará cómo la influencia del cine ayudó a la construcción de la identidad nacional que distingue a nuestro país por esta celebración. Finalmente, se recomendarán algunas películas para aquel lector que desee experimentar el Día de Muertos desde la mirada cinematográfica.
Poner sobre la mesa la discusión de los orígenes de esta festividad es entrar en una discusión teórica de años, que, como cualquier otra, según la perspectiva, puede llevar a diferentes conclusiones. Algunos estudiosos afirman que se trata de una herencia prehispánica; otros, de una adaptación católica de Europa. Algunos alegan que es una fusión de ambas, mientras que otros especialistas, con un punto de vista más enfocado en la celebración como actualmente la conocemos, sostienen que es una tradición que los pueblos indígenas apropiaron mediante sus ceremonias y que el Estado aumentó su proyección para crear una identidad nacional.
Otro factor que menciona Brandes (2014) es que “buena parte de la incertidumbre acerca de sus orígenes estriba en la ausencia de fuentes adecuadas para su estudio. Igual que el Carnaval, el Día de Muertos siempre representó una amenaza para el sistema político y religioso oficial. De aquí que durante la era colonial los gobernadores españoles intentaron menguar, cuando no suprimir, esta fiesta popular” (p.10).
El Día de Muertos se celebra en México el 1 y 2 de noviembre, al igual que el Día de Todos los Santos y de las Ánimas, que provienen de la Iglesia católica; por esta similitud se argumenta que dicha festividad tiene raíces religiosas.
En México se realizan diversas actividades, como montar altares y ofrendas, que se colocan en casas, escuelas y plazas públicas. En ellas se incluyen fotografías de los difuntos, velas, papel picado, flores de cempasúchil, pan de muerto, platillos, bebidas y objetos personales para honrar a quienes ya partieron.
También se visitan los panteones: las familias limpian y decoran las tumbas, en algunos lugares hacen vigilia toda la noche, rezan y cantan. Se cree que las almas de los fallecidos regresan al mundo de los vivos para convivir con sus seres queridos y disfrutar de las ofrendas. El 31 de octubre llegan las almas de los niños que murieron sin bautizar; el 1 de noviembre, las de los niños bautizados, y el 2, las de los adultos.
La tradición, el ritual y la identidad coexisten en estos días. “La tradición puede mostrar un carácter histórico de un pasado real o inventado de ciertas prácticas a través de la imposición de rituales formalizados que pueden llegar a ser fijos o invariables” (Mora, 2021, p.62).
Como menciona Hobsbawm, hay tres tipos de tradiciones: las que establecen o simbolizan cohesión social o pertenencia al grupo; las que establecen o legitiman instituciones, estatus o relaciones de autoridad; y las que tienen como principal objetivo la socialización, el inculcar creencias, sistemas de valores o convenciones relacionadas con el comportamiento.
En el caso del Día de Muertos, la tradición de colocar ofrendas cumple con los tres tipos que menciona Hobsbawm: fortalece la cohesión social al reunir a las familias, legitima instituciones culturales al ser reconocida como patrimonio y transmite valores sobre la vida y la muerte.
Como se menciona en esta definición, la tradición también evoca el ritual descrito por Kertzer (1988) como un medio importante de estructurar nuestras percepciones de ciertas formas, y la identidad que señala Hobsbawm al cohesionar y dar sentido de pertenencia.
No se trata solo de una identidad regional o grupal, sino nacional, ya que la festividad como la conocemos en la actualidad —de acuerdo con Mora (2021)— fue una apropiación del Estado y de un grupo de intelectuales de los años treinta para unificarla y difundirla.
Mora argumenta que “… es parte de un proyecto de nación creado por el gobierno de Lázaro Cárdenas que relacionaba directamente ‘lo mexicano’ con el pasado mitificado de la cultura mexica y que se ha difundido a través del arte, la literatura y el cine, debido al periodo de reconstrucción después de la Revolución mexicana” (p.72).
Aquí es donde entra el cine como medio de difusión y apoyo para la construcción de la identidad nacional. Con los primeros filmes donde se retratan prácticas de estos días, México se fue conociendo y distinguiendo de los demás países, lo que logró legitimidad institucional y, con ello, un impulso para fines turísticos y, en su discurso, la preservación de la cultura.
El cine, además de reflejar la realidad, actúa como un medio que construye y difunde la identidad colectiva. Las representaciones del Día de Muertos en la pantalla muestran tanto la riqueza de costumbres locales como la visión nacional que se ha formado alrededor de esta festividad.
Resulta interesante revisar algunas películas que, desde distintas épocas y enfoques, retratan la forma en que los mexicanos celebran a sus muertos y cómo el cine ha ayudado a preservar y proyectar esta tradición: ¡Que viva México! (1931) de Serguéi Eisenstein, Janitzio (1934) de Carlos Navarro, El ahijado de la muerte (1946) dirigida por Norman Foster e Ignacio Villarreal, Nosotros los pobres (1947) de Ismael Rodríguez, Maclovia (1948) de Emilio Fernández, Macario (1960) de Roberto Gavaldón, Noche de Muertos (1978) de Julián Pastor, Calacán (1985) de Luis Kelly, Por eso en Mixquic hay tantos perros (1985) de Luis Manuel Serrano, el corto Hasta los huesos (2001) de René Castillo, La leyenda de la Nahuala (2007) de Ricardo Arnaiz, El libro de la vida (2014) de Jorge R. Gutiérrez y Coco (2017).
Referencias bibliográficas
Brandes, S. (2014). El día de muertos, el Halloween y la búsqueda de una identidad nacional. Alteridades, 7–20.
Mora, F. (2021). Ancestralidad y modernidad. El Día de Muertos y su presencia en el cine mexicano (1930–1960). Universidad de Granada.
De la Garza, I. (2021). Sobre lo indígena (o no) sobre el Día de Muertos. Rito, Antropología y Arte.