Rabia humana: la amenaza persistente
Por Irene Escobedo
En los últimos 20 años en México han ocurrido al menos 200 casos de rabia humana por contagio de animales silvestres, principalmente murciélagos.
Desde abril de 2018, la emisión de reportes oficiales cesó, pero notas de prensa han revelado que los casos no se han detenido.
Aunque México fue declarado en 2019 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el único país libre de rabia humana transmitida por perros, los contagios provocados por animales silvestres siguen siendo un problema de salud pública.
En los últimos 20 años, se han registrado al menos 200 casos de rabia humana en el país, más de 60 de ellos mortales, según las estadísticas disponibles hasta 2017 y emitidas por el Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (CENAPRECE). Desde abril de 2018, la emisión de reportes oficiales cesó, pero notas de prensa han revelado que los casos no se han detenido.
En México, el contagio ocurre principalmente en zonas rurales, donde especies como murciélagos, zorrillos, zorros, coyotes y mapaches son los principales transmisores del virus. Las condiciones de vulnerabilidad, como residir en comunidades aisladas o en viviendas expuestas, agravan la situación, permitiendo el acceso de fauna silvestre. Además, la falta de atención médica oportuna y los diagnósticos equivocados han sido factores recurrentes en los casos mortales.
Un ejemplo reciente ocurrió en el municipio de Mezquital del Oro, Zacatecas, donde una joven de 17 años, mordida por un zorrillo. La joven está hospitalizado bajo pronóstico reservado. Aunque la paciente acudió de manera oportuna a solicitar atención médica, el diagnóstico no incluyó sospechas de rabia, limitándose al tratamiento de la herida. Este caso es el primero reportado en Zacatecas en 40 años, anteriormente el último registrado ocurrió en 1987.
Otros casos documentados por CENAPRECE incluyen contagios atípicos, como el de un hombre en Jalisco. El caso, uno entre más de 200 ocurridos en México en los últimos 20 años, sucedió en 2009 cuando el hombre contrajo rabia tras tener contacto con la saliva de un bovino enfermo de «derringue».
En 2015, un integrante de la comunidad Tarahumara en Chihuahua falleció tras ser mordido en el pómulo por un zorrillo; la víctima tardó dos meses en buscar atención médica. En otro caso, ocurrido en Veracruz, un hombre mordido por un murciélago fue diagnosticado erróneamente con tétanos, falleciendo antes de que se confirmara la rabia como la causa.
La rabia humana sigue siendo una preocupación global, con 59 mil muertes al año, principalmente en Asia y África, donde los recursos médicos y las vacunas son limitados.
En México, aunque la vacunación de perros y gatos ha reducido significativamente los casos transmitidos por caninos, los animales silvestres continúan representando un riesgo.
La enfermedad es 100% mortal una vez que aparecen los síntomas, pero también 100% prevenible si se actúa a tiempo mediante profilaxis postexposición.
De acuerdo con autoridades de salud, la prevención es clave: evitar el contacto con animales silvestres, vacunar a mascotas y buscar atención médica inmediata ante cualquier mordedura o contacto sospechoso.
En zonas rurales, donde las condiciones de vida aumentan la exposición, la educación y el acceso a servicios médicos son esenciales para salvar vidas y evitar que esta amenaza persista.
Entre las zonas de mayor riesgo en el país por el número de casos persistentes de rabia humana transmitidos por animales silvestres son: Yucatán, Sinaloa, Jalisco, Oaxaca, Estado de México Chihuahua, Nayarit, Michoacán, Veracruz y Guerrero.
En 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró a México como el único país en el mundo libre de rabia transmitida por perros. Los contagios producidos por contacto o agresiones de animales silvestres en zonas rurales siguen siendo un problema de salud vigente del que se dejo de informar de manera oficial en 2018. Las notas de prensa revelan sin embargo que los casos continúan ocurriendo.
Imagen generada por IA