La sombra sobre el regreso
Por José Guillermo P.H.
La Semana del Migrante se ha consolidado en los últimos años como un evento fundamental para la comunidad de Jerez. Su objetivo principal es reconocer la contribución de los jerezanos que viven en el extranjero y facilitar el reencuentro con sus familias y su tierra natal.
La aportación de esta comunidad es un pilar para la economía local. Las remesas son solo la manifestación más visible de un lazo que se niega a romperse. Más allá del capital, traen consigo el conocimiento adquirido, nuevas habilidades y una visión del mundo que enriquece a nuestro municipio. Algunos vuelven para emprender y generar aquí los empleos que ellos mismos no encontraron; otros, para disfrutar de su retiro en el lugar que verdaderamente llaman hogar. Esta semana es, pues, el justo y necesario homenaje a esa lealtad transfronteriza.
Este año, la situación presenta una aparente contradicción. Por un lado, las condiciones de seguridad en el municipio han mejorado significativamente, lo que en teoría debería propiciar una mayor afluencia de visitantes. Sin embargo, las primeras impresiones de esta temporada vacacional sugieren una participación menor a la esperada.
Una posible explicación a esta tendencia se encuentra en el clima político de Estados Unidos. Tras la victoria electoral de Donald Trump, aquí se señaló puntualmente el riesgo que sus políticas migratorias representaban para Jerez. Aunque en aquel momento la idea de una afectación tan directa pudo ser considerada por muchos como una especulación remota, la realidad actual parece confirmar aquellos análisis iniciales, materializándose en consecuencias directas.
La retórica y las políticas del gobierno estadounidense han generado un ambiente de temor e incertidumbre. Es razonable especular que muchos migrantes han decidido no viajar por miedo a enfrentar dificultades al salir o, más importante aún, al intentar reingresar a Estados Unidos, donde han establecido sus vidas y trabajos. Y es que el simple acto de cruzar la frontera para visitar a los suyos se ha convertido en una apuesta cuyo riesgo no muchos están dispuestos a correr.
La Semana del Migrante apenas inicia, por lo que es pronto para sacar conclusiones definitivas. Ojalá que esta primera impresión no sea más que un presagio equivocado y que la llegada de visitantes se incremente en los próximos días. Pues este evento que trasciende a la fiesta para ser un reconocimiento a la aportación de sus migrantes, es también un importante factor de reactivación para la economía jerezana en esta temporada vacacional.