Atenderán en iglesias a víctimas de violencia
Por Irene Escobedo
La Pastoral Social ha propuesto abrir centros de escucha en cada templo, mientras que agentes comunitarios capacitados, darían acompañamiento a las víctimas.
La percepción de inseguridad es un fenómeno persistente en Zacatecas. Más del 80% de la población experimenta temor, mientras que aquellos que han sido víctimas de delitos enfrentan el dolor adicional de haber perdido seres queridos debido a asesinatos o desapariciones, son personas y familias que formarán parte de la nueva misión de la Pastoral Social en Zacatecas que pretende a través de centros de escucha, revertir la persistente falta de consuelo y apoyo para las víctimas de violencia.
Familias desintegradas, niños huérfanos, esposas que se quedaron solas, madres que buscan sin cesar a sus familiares, padres afligidos, son hoy víctimas directas e indirectas de la violencia, personas que en su mayoría afrontan sin herramientas, ni armas la necesidad de levantarse y volverse a integrar a una vida normal. Pocos lo logran, pesa sobre ellos el abandono, la apatía y el desinterés.
La Diócesis de Zacatecas, consciente de la necesidad de paz y del abandono hacia quienes han sido víctimas de la criminalidad ha establecido un compromiso para colaborar en la reconstrucción del tejido social.
En medio de una inseguridad con estadísticas fluctuantes, la lucha por la pacificación en Zacatecas parece tener poco eco, no resuena para todos. La Diócesis de Zacatecas se asume dentro de esta categoría. Saben que se ha avanzado, aunque no lo suficiente: “la paz se ha recuperado en el estado, pero un poco, sin embargo, la violencia sigue afectando a un gran porcentaje de familias que no encuentran consuelo ni apoyo”, compartió la Pastoral Social al respecto del proyecto.
El número de víctimas de la violencia en Zacatecas es indeterminado, aunque atendiendo los análisis estadísticos del Instituto de Estadística y Geografía INEGI, en el 11 por ciento de los hogares de las áreas urbanas, al menos una persona ha sido víctima de delitos. Establece para Zacatecas que 23 mil personas son víctimas de delito, por cada cien mil habitantes, cifras detrás de las que puede surgir una realidad aún imperceptible para las gráficas de las encuestas y que se esconde bajo el velo de la impunidad, que podría duplicar los números oficiales, por lo que la capacidad de las iglesias podría verse rebasada.
La Diócesis de Zacatecas dispondrá hasta de 112 parroquias y cuasiparroquias, la propuesta implica la integración paulatina de los 16 decanatos para la apertura de Centros de Escucha donde se otorgará ayuda emocional y espiritual a las víctimas de la inseguridad.
Los centros contarán con un grupo de agentes, personas de la comunidad diocesana, que darán acompañamiento a quienes requieran ser atendidos, serán los encargados junto con los religiosos de brindar a los ciudadanos necesitados de consuelo, herramientas para desarrollar soluciones, respetando sus creencias y valores personales y dentro de un entorno de seguridad.
Las acciones para atender lo que la diócesis llama “necesidades de paz”, estarán guiadas por la Pastoral Social de Zacatecas a través de la Dimensión de Fe y Compromiso Social, en conjunto con la Red Nacional de Formadoras Artesanas, los Consejos Escolares de Participación Social (CEPS) y Caritas México.
Una de las primeras actividades, encaminadas a la consecución de la misión, es la realización del Taller de capacitación para la formación de agentes para el acompañamiento de las víctimas, donde se abordan temas como: sensibilización y análisis de la realidad, Introducción al Programa de Apoyo a Víctimas PAVV, protocolo de seguridad, autocuidado, taller del perdón, derechos humanos, primeros auxilios psicológicos y taller de sanación.
La capacitación se realzará en modalidad híbrida y presencial. Las sesiones ya comenzaron este sábado 12 de julio y culminarán el 21 de septiembre. Uno de los objetivos prioritarios será dotar a los participantes de habilidades para la escucha activa, así como para la gestión de emociones.
La atención a víctimas de violencia surge en un contexto donde la Iglesia católica converge también en el programa “Si al desarme. Si a la paz”, y pone a disposición de la población los atrios de los templos de todo el país, para la entrega voluntaria y anónima de armas de fuego.
De acuerdo con informes oficiales, de enero a la fecha se han canjeado más de 2 mil armas de fuego en todo el país: más de mil 500 armas cortas, más de 500 armas largas, más de 85 mil cartuchos útiles y alrededor de 200 granadas.
El objetivo de la estrategia, es reducir la violencia y promover la paz en el país con la colaboración de un gran número de Iglesias, donde con apoyo de personas de la Defensa Nacional, la ciudadanía puede canjear sus armas, recibiendo a cambio una suma de dinero. Los artefactos son destruidos posteriormente, aunque se pretende que algunas armas sean destinadas para que artistas puedan desarrollar esculturas a partir de los materiales recopilados.