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Sale más caro tenerlos en tierra

Irene Escobedo López

Un millón de pesos aproximadamente, es el costo que genera la atención médica, salvarle la vida a pacientes involucrados o víctimas de ataques armados que tienen que ser atendidos en hospitales “públicos”. La queja, el dato, viene desde Aguascalientes donde por su cercanía con algunos municipios zacatecanos, deben recibir en sus hospitales, a personas que han resultado malheridas como consecuencia de la violencia en nuestro estado. Y es que lamentablemente, algunos de los puntos neurálgicos que decisivamente están siendo blancos de la violencia, del crimen, son precisamente Villa Hidalgo y Nochistlán-Apulco.

Todos a una distancia de no más de 80 kilómetros de la capital de la vecina entidad, pero a más de 167 de la capital del estado de Zacatecas en el caso de Villa Hidalgo y 224 en el caso de las tierras caxcanas situadas al suroeste del estado.

El secretario de salud de Aguascalientes Rubén Galaviz Tristán, ha ofrecido que en los casos necesarios se haga uso del Fuerza 1 la aeronave Airbus H130 -que recientemente entró en funciones luego de que cayera el helicóptero Águila 1, sin que hasta ahora se hayan definido las causas del accidente- esto para evitar las estancias hospitalarias de los foráneos que por lesiones tuvieran que ingresar en el legendario hospital Hidalgo que dicen, se la está viendo negras con el alto costo de los insumos y la escasez de personal.

En pocas palabras, se han ofrecido a venir a dejarlos en la ambulancia aérea, por supuesto, dicen, como un gesto de buena voluntad. Evidentemente el paquete incluye brindar los primeros auxilios y la estabilización del paciente previo a su aterrizaje en suelo zacatecano, todo para evitarles el gasto sanitario, aunque dudamos que sea más costeable el uso del helicóptero que en sobrevuelos de 15 minutos y trayectos cortos implica también un gasto fuerte en combustible y desgaste del aparato, aunque los conocedores dicen que sale más caro tenerlos en tierra (pacientes y aeronaves).

Es probable también que el estado de Aguascalientes se quiera evitar que las cifras de posibles decesos que deben de reportar mensualmente las fiscalías se inflen para aquella entidad como consecuencia de los eventuales fallecimientos de los zacatecanos heridos de bala, que no logran salvar su vida aun siendo atendidos con la prontitud necesaria.

Eso si ojalá que como resultado del “gesto” no surjan de nueva cuenta aquellas viejas acusaciones de que los aguascalentenses “nos siembran muertitos”.

Y mientras tanto entre heridos, violencia y si fue mío o es tuyo el paciente, los empresarios de ambas entidades estarán integrando un padrón para sacarle el mejor provecho económico a la actividad industrial de ambas entidades. Lo propio han estado haciendo Le Roy Barragán Ocampo, Jesús Padilla Estrada y Dulce Muñoz Reyes para establecer convenios de colaboración en materia turística, agrícola y cultural.