Rememorando a tres jerezanos de la década de los treintas (siglo xx)
Foto de tres jóvenes jerezanos a principios de los años treinta del siglo pasado.
En el orden acostumbrado aparecen: J. Jesús Becerra García, Daniel de la Torre Muñoz y Antonio Rosales Muñoz.
J. Jesús Becerra García, nacido en 1901, fue impresor de oficio y contaba con su propio negocio de ese ramo, ubicado sobre la Calle de San Luis, esquina con Moctezuma. Posteriormente, se trasladó a la ciudad de Zacatecas, y ahí también se dedicó al negocio de la imprenta, con establecimiento en la Calle Rayón No. 314.
También fue un dotado cantante con voz de tenor que solía cantar en bodas y fiestas. Asimismo, fue un apasionado cazador que participaba en expediciones de caza de venados en la zona sur del Estado de Zacatecas, por ello, en los años finales de su vida fue
distinguido como “Decano de los Cazadores de Zacatecas”.
Por su parte, Daniel de la Torre Muñoz, nacido en 1894, fue un minero, pero no de minerales preciosos, sino de piedra basáltica (piedra negra), que extraía de una parte del Cerro de la Campana, aquí en Jerez, propiedad que había heredado de su padre.
Como producto de la explotación de ese yacimiento, tanto en Jerez, como en la ciudad de Zacatecas y otras zonas aledañas, podemos apreciar banquetas, zaguanes, patios, pasillos, traspatios o corrales,
construidos con piedra negra, así como los molcajetes existentes en las cocinas de casa jerezana, útiles utensilios a los que pacientes y diestras manos artesanales les daban la forma requerida.
En tercer lugar, Antonio Rosales Muñoz, quien trabajó en la ferretería “Al Ferrocarril”, sucursal Jerez, al lado del dueño de esta negociación, Antonio Borrego. Posteriormente, vivió en la Ciudad
de México.