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Profunda huella deja el Padre Humberto Salinas

La noticia comenzó a circular en redes sociales y la confirmó la Diócesis de Zacatecas a través de una esquela publicada en su página de esta red social; uno de los sacerdotes más queridos de Zacatecas y evidentemente de Jerez; el padre Humberto Salinas concluyó su vida terrenal.

Párroco de la Inmaculada Concepción de 1979 a 1984, cuando todavía en Jerez era una sola parroquia, dejó una huella importante en su paso por esta tierra en la que cosechó muchos amigos.

Llevó una gran relación con los grupos parroquiales, siempre cercano a los medios de comunicación y en su paso por Jerez no fue la excepción; sus reflexiones en El Minutero, la hojita parroquial, eran temas agradables descritos con gran sencillez, pero a la vez profundas.

En su servicio fue muy cercano al obispo Javier Lozano Barragán, varias ocasiones estuvo en esta ciudad representándolo en diversas celebraciones litúrgicas, en charlas y conferencias. A través de Diálogo dio la noticia a Jerez en diciembre de 1989, sobre la visita que en el mes de mayo del 90 haría el Papa Juan Pablo segundo a Zacatecas. También colaboró con los Obispos que siguieron después del nombramiento de Lozano Barragán como cardenal.

Colaborador recurrente de Ediciones y Publicaciones GONBER; a través de la revista Polémica de Zacatecas durante casi 15 años, ya desde antes era un infaltable en Primavera, la Revista de la Feria y desde su llegada a Jerez, también en el semanario Diálogo aunque en un tiempo fuera sólo en ocasiones especiales, en gran parte de este nuevo siglo también se volvió infalible con su aportación semanal.

Una de las últimas ocasiones que se le vio en esta tierra, fue durante la celebración por el fin del servicio docente de la maestra María Guadalupe Márquez Acosta, de quien se expresó en forma extraordinaria.

Diálogo lo condecoró como uno de los 10 jerezanos distinguidos, en ocasión de sus 20 años de vida, considerando que, por su calidad humana y su servicio, fue una persona importante en la vida de Jerez.

Ricardo Evodio Cabral Vera