Todos coludos o todos rabones igual a país de pobres
Irene Escobedo López
Nadie en este país se podría sentir ofendido de ser clase media, no antes de las declaraciones del Presidente López Obrador con las que pretende estigmatizarnos como aspiracionistas y sin escrúpulos. Si de algo estamos orgullos y seguros los mexicanos es de que los asalariados, profesionistas, pequeños y medianos empresarios y todos quienes conformamos el grupo de ingresos medios, somos quienes llevamos sobre la espalda a éste país. Es el grupo que paga impuestos, es la gente que paga servicios públicos, que tiene capacidad de decisión y que celebra su libertad e individualismo. Sí, porque el individualismo no es defecto. No se puede pretender que una sociedad pensante actúe conforme lo dictan las masas. Tampoco se nos puede pedir que renunciemos a esa aspiración legítima de querer conquistar mejores estándares de vida. Si nosotros –supone el Presidente- leemos Reforma, creemos que los asesores de la Presidencia –quienes quiera que sean y si los hay- se despiertan con las doctrinas ‘antipositivistas’ de Max Weber (Considerado por muchos como un padre fundador de la sociología moderna junto con Karl Marx y Emile Durkheim). En sustancia, si la consigna es divide y vencerás o, todos coludos o todos rabones igual a país de pobres, esta vez sencillamente no le daremos gusto a nadie. Que viva la libertad.