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El suelo no es parejo

Por Irene Escobedo López

Si alguien está interesado en que el confinamiento originado por la Pandemia sea indefinido y por lo tanto motivo de ‘vacaciones’, es la burocracia zacatecana, los miles de trabajadores que continúan percibiendo un salario estando en casa. No es posible que el apercibimiento para resguardarse sea el mismo para una familia en grave necesidad económica que para un servidor público. No por nada el nuevo epicentro de la pandemia es ahora el municipio de Guadalupe, lugar de pernocta de la burocracia, donde bajo el amparo de Santo Tomás de hasta no ver no creer, no hay límites para fiestas, reuniones y gente en la calle. Pareciera que aquí no ha pasado nada y que nunca pasó. No estamos hablando de penalizar un desacato que ya de por sí, la Secretaría de Gobernación ha advertido a los gobiernos estatales, que está desautorizado, ni de imponer medidas privativas de la libertad de las personas. Sin embargo, no se puede respetar un derecho pisoteando otro. Un apercibimiento público y por escrito en el expediente personal, sería más que oportuno para todo servidor público que incite al desorden en este momento en el que la pandemia pareciera convertirse en una historia sin fin. Al ritmo que vamos, ya los expertos en matemáticas del Consejo Zacatecano de Ciencia y Tecnología, Cozcyt han estimado que para navidad tendremos más de 20 mil casos positivos de coronavirus en Zacatecas, con todas sus consecuencias, aunque después de aguinaldos y posadas tendrán que volver a hacer las cuentas en el Consejo.