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Vecinos distintos

Jaime Santoyo Castro

La relación entre vecinos lleva siempre consigo una serie de acontecimientos que derivan en una buena amistad, en diferencias, en indiferencias, o en encuentros y desencuentros.

Es todo un tratado de reciprocidad, paciencia, prudencia, comprensión y apoyo. Aún cuando se pongan las mejores intenciones no siempre las cosas salen bien, debido a la diferencia de opiniones, gustos, orígenes, posiciones ideológicas, políticas, económicas, sociales, etc., circunstancias que; para vivir armoniosamente, hacen necesaria una atención permanente y estable, poniendo énfasis en que no se descompongan, porque si eso sucede, la vida se torna verdaderamente insoportable, según el grado de cercanía de la vecindad.

Así ha sido la relación entre México y Estados Unidos. Somos vecinos distintos; diferentes en raza, en cultura, en tradiciones, en gustos, en capitales. Una relación de altibajos, donde ni todo es malo ni todo es bueno. A nadie se le puede culpar por cuidar sus propios intereses, pero sí cargará la responsabilidad el que los descuide, como fue el caso de la pérdida de la mitad de nuestro territorio, cuya responsabilidad histórica quedó a cargo de Antonio López de Santa Ana.

Bien lo dijo el Benemérito de las Américas Benito Juárez al sentenciar que “Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la conservación de la paz”.

La vecindad conlleva una serie de obligaciones y compromisos recíprocos para garantizar la armonía, que tienen que ver con el respeto al medio ambiente, la seguridad, la paz y la tranquilidad. A nadie le gusta tener vecinos que destruyan el equilibrio ecológico, desordenados, ruidosos, deshonestos, peligrosos, escandalosos, etc. y es por eso que cuidamos que la relación vecinal se lleve con cuidado.

A nosotros nos duelen las expresiones que Trump ha hecho en contra de los mexicanos llamándonos violadores, asesinos y corruptos entre otras cosas; y nos duelen no porque desconozcamos que existen mexicanos que merecen esos calificativos, pero la mayoría somos trabajadores, responsables y honestos, y así lo han constatado los mexicanos que han laborado en los propios campos, industrias y comercios de los Estados Unidos.

La reciente visita del Presidente López Obrador a Estados Unidos nos tenía preocupados, porque conocemos a Trump que es un sujeto belicoso, tramposo, irrespetuoso y provocador, y temíamos que la reunión se descompusiera por alguno de sus desplantes o por un resbalón de nuestro Presidente. Sin embargo, todo sucedió en un ámbito de respeto y cordialidad y eso nos alegra a todos los mexicanos. López Obrador actuó con escrupuloso cuidado, y mostró habilidades de verdadero estadista y diplomático, con lo que el alma nos volvió al cuerpo. Bien por él y por México. Ojalá y de esa manera reconduzca la nave que capitanea y propicie la unidad, la honestidad, transparencia y desarrollo.

Fotografía: Cuartoscuro