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Vaquera nunca quiso la sal y pimienta en el Festival

Irene Escobedo López

Zacatecas está de fiesta nuevamente y no ha faltado a la cita con el folclor. Como hace 26 años o para ser exactos 27 (durante la pandemia no hubo festival) una vez más estamos en la antesala del festival Internacional del Folclor que cada vez más da la impresión de ser más regional que mundial. Año con año el número de delegaciones de otros países ha decrecido favoreciendo por supuesto la cultura local y regional pero el énfasis internacional se ha ido perdiendo o por lo menos no corresponde al tamaño del compromiso e intenciones que sembró el hoy extinto maestro Gustavo Vaquera.

Actualmente el número de delegaciones participantes ha decrecido pero se ha adicionado también con otro tipo de expresiones que están llenando el vacío de lo que inicialmente creó el maestro Vaquera cobijado desde la Secretaría de Educación y. Cultura.

Haber logrado un festival de la magnitud que tuvo inicialmente el del folclor, representó la conjunción de muchas voluntades gente dispuesta y disponible, casi siempre voluntarios que no se atemorizaron ante el nivel que exigía el incansable Vaquera que consolidó la idea del evento tal y como lo conocemos y lo llevó a la práctica mucho antes de que esto se llamara festival y fuese internacional y se realizara en Zacatecas y fuera además patrocinado por el estado.

De la mano del ballet folclórico que llevó su nombre Gustavo Vaquera Contreras no solo de Zacatecas llegó a rincones apartadísimos del mundo llevando una muestra de las danzas no solo de Zacatecas sino del país y trajo de la misma manera a un incontable número de delegaciones que se exhibieron desde antes de que el festival tuviera la forma que hoy conocemos.

Es imposible no mencionar que el festival del folklore ha ido en demérito porque y que a pesar de las buenas intenciones lo de incansable no es para todos y ahora no hay mucho con que llenar los escenarios por lo que ha sido necesario diversificar, algo a lo que se negó rotundamente en su momento el maestro Vaquera en su momento cuando se consideró pausible que el festival fuese del folclor y de la música internacional.

En esas primeras ediciones el maestro no admitió negociación y el festival tendría que permanecer con el formato original, intacto tal cual nació lo cual es justo porque vaya que bastante le costó abrir camino. Ya en ausencia del maestro Gustavo Vaquera fue difícil replicarlo Al mismo nivel y categoría por lo menos con la misma álgida participación de tantos y tantos países.

El encuentro dancístico se comenzó a adicionar con sal y pimienta unas cuantas delegaciones internacionales, cada vez menos y el legado y el premio fue institucionalizarlo con el nombre de Gustavo Vaquera Contreras. Pero ya nunca se regresó a la esencia y sobre todo al nivel y a la calidad de antaño. Aqui también afectó la cultura de lo efímero sunque merecería la pena que el noble y grandioso propósito del maestro Vaquera volviera a resurgir con la fuerza de aquellos años el propio maestro no hubiera resistido el impacto de un festival reducido a la mitad de lo que fue. Ojalá se siga honrando su esfuerzo y su memoria.