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¿Una victoria para México?

Jaime Santoyo Castro

El episodio derivado de las amenazas arancelarias de Trump fue resuelto con un golpe de timón desde la Presidencia de la República, provocando, a mi manera de ver, resultados favorables.

Creo que AMLO entendió que no puede ser candil de la calle a oscuridad de su casa. Su política migratoria, de ofrecer a migrantes protección y ayuda humanitaria, era populismo puro, porque no les podíamos cumplir. Una gran cantidad de mexicanos carecen de empleo y de oportunidades, y ofrecer ayuda a otros, es quitarle a los nuestros.

Un twitazo de Trump, hizo cambiar esta política migratoria. Más de seis mil policías fueron ubicados en nuestra frontera sur, impidiendo el acceso de inmigrantes a nuestro país e incrementando las deportaciones de centroamericanos que ya estaban en nuestras ciudades de la frontera sur. Pobre visión de estado es aquella que ofrece convertir a nuestro país en sala de espera para pasarse al otro lado.

En política interna, un gran cambio del Presidente fue convocar a la Unidad Nacional, llamado que fue atendido de inmediato por gobernadores y líderes políticos de todas las tendencias. La mayoría de los mexicanos nos unimos en su propósito de proteger a la nación, dispuestos a caminar junto a quien nos convoque por una buena causa nacional.

No podemos soslayar el hecho de que él ha impulsado la división entre mexicanos, gobernando con calificativos desde el circo romano en que ha convertido sus conferencias mañaneras, donde cual César, echa a los leones a los periodistas que lo critican, a los empresarios que no son sus amigos, a los sindicatos que no se arrodillan frente a él; a los que llama fifis, chairos, conservadores, neoliberales, etc. Por ello estimo que este cambio de conducta es una victoria para los mexicanos, que esperamos valore la fortaleza que le dio en este trance, el respaldo del pueblo al que gobierna.

De aquí en adelante queremos ver a un Presidente actuando, más que hablando; promoviendo la unidad y no el enfrentamiento. Castigando al que infrinja la ley y provoque la pérdida de la paz y la armonía. Decidido de verdad a eliminar la pobreza extrema, la corrupción, la impunidad; que destine los recursos de la nación a donde más falta hace, y no a orientar conductas electorales. En esos dos aspectos indudablemente ha sido una victoria para México.