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Un quinquenio pateando botes

Jaime Santoyo Castro

Esta expresión popular es utilizada para referirnos a la acción de no atender la solución de algún o algunos problemas y es aplicable a todas las personas que lejos de enfrentar el toro por los cuernos, le sacan la vuelta, le huyen, se le esconden, dan pretextos, se lo pasan a los subalternos, o simplemente lo ignoran esperando que pase el tiempo y venga alguien más a resolverlo.

Hay políticos muy acomodaticios que así operan y esperan, y al final lo único que resuelven es aquello que en lo personal les interesa y sólo se preocupan por envolver a los demás con mentiras argumentado en su favor que fueron honestos, transparentes, y que no descansaron en aras de servir a los demás. ¡Pura faramalla!  

No cabe duda que Alejandro Tello como gobernador de Zacatecas resultó ser un magnífico pateador de botes. El Estado y su gente no sólo no mejoró un ápice, sino que retrocedió en  prácticamente todos los indicadores.

Representó al PRI en una campaña en la que ofreció un gobierno diferente, sin atreverse a decir si se quería diferenciar de quien lo hizo de todo a todo, o si de todos los gobernadores anteriores, o si haría las grandes obras que impulsarían a Zacatecas a su destino de grandeza. No supimos cuál era la diferencia, sí se vio a un gobierno diferente, dedicado a postergar la solución de las urgencias de los zacatecanos.

La pobreza, el desempleo, la inseguridad, los feminicidios, la falta de unidad, se incrementaron. Se redujeron las oportunidades para los jóvenes y las mujeres incrementando con ello el éxodo a otras latitudes y la migración hacia los Estados Unidos. 

La violencia se elevó a niveles nunca vistos y todos los días hay homicidios, feminicidios, persecuciones, robos, asaltos, secuestros, amenazas, y colgados en los puentes.

Problemas graves como el del agua que consumimos de ínfima calidad y poca cantidad no  se atendieron. El ISSSTEZAC va en franca caída y los cinco años no alcanzaron para sancionar a los responsables ni para modificar la ley.  Las finanzas del Estado presentan un desbalance negativo pues el Gobierno gasta más de lo que le ingresa y no alcanza para propiciar el crecimiento. Estos y muchos otros temas, fueron pateados para que los resuelva David, que tendrá que hacer malabares, para atender tantos pendientes.

¡Adiós al que se va y suerte al que se queda con los botes!