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Significado del concepto “Candidato”

Jaime Santoyo Castro

El término “Candidato” se le da a la persona que aspira a algún cargo, sea en la esfera de la administración pública, o en el ámbito privado, en una empresa,  sindicato, asociación, sociedad, etc. y como es un término tan usado, decidí escudriñar un poco acerca del origen de esta palabra: Es decir, ¿por qué a un aspirante a algo se le llama candidato?

El Diccionario para Juristas de Juan Palomar de Miguel nos dice que candidato viene del latín candidatus, que quiere decir blanco, en alusión al color con el que se debían presentar ante el público romano los aspirantes a un cargo de dignidad o de honor.

Para el Diccionario de la Real Academia Española, candidato es el que viste de blanco; y su etimología deriva de honradez y de brillantez. 

Candidatus era participio de los verbos candere (ser blanco, pero también brillar o arder) y candidare (blanquear, poner algo blanco) y de éstas han nacido otros muchos términos como ‘cándido’ (sencillo, sin malicia ni doblez), candelabro, candelero, candela o incandescente.

El blanco determinaba la pureza y honradez de las personas destinadas a representar al pueblo o al Estado, cualidades que debían poseer los aspirantes y motivo por el cual vestían de ese color.

De estas acepciones podemos advertir que el pueblo romano exigía a quien aspiraba a un cargo, que acreditara su honradez y su brillantez, su sencillez y lealtad, de manera tal que los ciudadanos tuvieran elementos para elegir bien y no fueran objeto de engaño. 

Actualmente no es requisito que los candidatos vistan de blanco, pero el electorado sí exige que sean honrados, capaces, sencillos y leales, y conociendo esta exigencia,  durante su campaña se dedican a probar que reúnen esas cualidades, por eso vemos que en su propaganda y en sus discursos hacen gala de su blancura al afirmar de sí mismos que son honrados, puros, que tienen las manos limpias, la frente en alto, etc. y en respuesta sus críticos, con ironía, suelen decir de algunos, que aparentan ser “blancas palomas”. 

Por otro lado se ve el empeño en llenar de lodo las vestiduras de los oponentes  y manchar su blancura. Nadie escapa a esos afanes; y si no lo creen, veamos la campaña interna del PRI entre Ivonne, Alito, Narro y Ulises. ¡¡No hay de otra!!