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Repatrian a 2 mil 705 zacatecanos

Entre los deportados hay 329 niños y niñas de los cero a los 17 años de edad.

Se necesitan 1 día y 2 horas para viajar desde la frontera y un boleto de autobús con descuento, para completar el viaje de retorno de un migrante deportado a Tijuana y que vuelve a Zacatecas.

El Chaparral, en Tijuana Baja California, es uno de los 12 puntos de repatriación directa desde los Estados Unidos. Lo son también Michoacán, Jalisco y Tabasco junto con otras entidades fronterizas como Sonora, Chihuahua o Tamaulipas.

Desde 2019, el acuerdo «Memorándum de Coordinación» establecido por la Secretaría de Gobernación (SEGOB) y el Departamento de Seguridad Interna de los Estados Unidos de Norteamérica, busca acercar lo más posible a los repatriados a sus comunidades de origen. No siempre se logra.

El migrante que viaja sin documentos de identidad suele ocultar su información porque intentará siempre una vez más, realizar el sueño americano y condiciona en ocasiones de manera intencional a la autoridad, para entregarlo en la frontera dónde acaban por convertirse en residentes casi permanentes donde vivirán por semanas, meses o años hasta que su condición de indigencia o extrema vulnerabilidad los obligue a desistir.

De ellos, los residentes temporales de la frontera, no hay cifras, tampoco apoyos gubernamentales.

La SEGOB realiza el trámite gratuito de actas de nacimiento o credenciales del Instituto Nacional Electoral, otorga descuentos en autobús o avión, transporte terrestre local y derecho a una llamada telefónica solo a los migrantes qué son entregados directamente por los Estados Unidos en los puntos fronterizos predeterminados.

Este año, los migrantes deportados directamente desde los Estados Unidos a través del Programa de Repatriación Interna de Mexicanos PRIM, ya suman 148 mil 584.

Entre éstos hay migrantes ‘exprés’ que recién han intentado internarse a los Estados Unidos, hay también personas qué cometieron alguna infracción y por no contar con residencia fueron deportados o bien producto de redadas.

Los zacatecanos forman parte de este grupo de repatriados. Diariamente se registra el retorno obligado de por lo menos uno de los nuestros. En lo que va del año 2 mil 705 migrantes originarios del Estado han sido devueltos.

A Zacatecas llegan desde el punto oficial de repatriación del Instituto Nacional de Migración más cercano. Los migrantes que cuentan con documentación que confirme su identidad son consignados a Jalisco hasta dónde llegan en vuelos directos procedentes de los Estados Unidos.

Para los repatriados directos no hay opción de quedarse en ciudades fronterizas salvo que no cuenten con documentos de identidad qué confirmen su origen.

Fuera de los 12 puntos oficiales autorizados, las autoridades migratorias de los Estados Unidos no pueden consignar a nadie en ciudades fronterizas salvo aquellos que acreditan haber nacido en esa ciudad.

El resto deben de regresar a dónde salieron, casi siempre a donde la violencia, la pobreza, la falta de empleo o la orfandad los obligó a poner la mira en los Estados Unidos de Norteamérica.

El sueño lo persiguen grandes y pequeños y los muy pequeños también. Entre los menores repatriados hay 329 niños y niñas de los cero a los 17 años de edad. No todos vienen acompañados, 37 pequeños zacatecanos este año viajaron solos.

¿Cómo llegaron a la frontera y por qué? ¿A qué se enfrentaron? No hay estadísticas al respecto y nadie lleva las cuentas del costo social y emocional para los menores, ni tampoco sí fueron víctimas de trata.

El compromiso del Departamento de Seguridad Interna de los Estados Unidos y de la Secretaría de Gobernación termina en los puntos de recepción oficiales y se enfoca en salvaguardar la integridad física y seguridad de los migrantes en el trayecto iniciado en la Unión Americana.

Del trayecto a casa se encargará cada uno, de la realidad que le espera también. Del motivo que lo expulsó no habrá evidencia ni seguimiento.

Podemos suponer que los menores migrantes son niños que seguramente abandonaron la escuela, aunque las cifras apuntan a que el mayor flujo de pequeños migrantes zacatecanos hacia los Estados Unidos fue durante los meses de junio y julio.

Los datos duros que la autoridad migratoria proporciona entorno a los menores zacatecanos repatriados son escuetos, son magros y sirven solamente para fines estadísticos.

Una vez puestos cerca de, o en sus lugares de origen es responsabilidad de cada uno la realidad que enfrentará, quedando al margen la responsabilidad histórica y política que en torno a la migración existe en el estado y en el país

Hay información que apunta a que los deportados ingresan a México muchas veces enfermos y ahora también contagiados de Covid. Sin embargo, en el país, solamente existe un centro de atención médica para repatriados a cargo de la organización Médicos Sin Fronteras el cual se localiza Tamaulipas.

Los migrantes devueltos que ingresen por cualquiera de los 12 puntos fronterizos autorizados tendrán que arreglárselas solos también, para gestionar sus enfermedades, sus necesidades y su realidad, la misma que los expulsó; la invisibilidad en su entorno, la violencia y la siempre tan inoportuna desintegración familiar.

A pesar de que la migración de mexicanos hacia el norte es constante y permanente, las estadísticas oficiales revelan qué, la mayoría son personas que lo han intentado más de una vez y que las cifras de emigración han disminuido sensiblemente en 2021, pues solamente durante los años 90’s emigraban por año más de 450 mil mexicanos a los Estados Unidos.