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Recibe Zacatecas 2021 con altos índices de pobreza

Se registraron 100 mil nuevos pobres, el doble de lo registrado a inicios del 2020

Más de la mitad de la población del estado recibe ingresos insuficientes para cubrir necesidades básicas como la alimentación

Por Irene Escobedo López

Derivado de los efectos de la pandemia, cuando la actividad productiva del Estado tuvo que ceder el paso al encierro y como producto de las condiciones de desigualdad que persisten históricamente en Zacatecas, este año 2021 llega con una doble carga en materia social para Zacatecas.

Bastaron 286 días para que Zacatecas, un estado ya de por sí sumido en el desastre económico y la desigualdad social, avanzara rumoroso a ensanchar las estadísticas de pobreza. Ninguna estrategia, programa o apoyo ha sido suficiente para detener la vorágine de desempleos y la reducción de los ingresos en las familias.

Análisis recientes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico OCDE y del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social Coneval y otros organismos no gubernamentales, revelan que en México los ingresos per cápita han caído a niveles históricos y están siendo rebasados por el costo que implica la sobrevivencia.

Las estadísticas del Coneval refieren que en Zacatecas, vivir en la miseria representa tener un ingreso inferior a los mil 300 pesos mensuales en promedio por persona y pagar un costo de por lo menos mil 118 pesos mensuales de canasta básica por habitante en zonas rurales y mil 640 en zonas urbanas, sin considerar otras necesidades.

Las cifras, emitidas por ambos organismos cobran mayor relevancia si consideramos que el Estado está muy por debajo del ingreso por habitante registrado a nivel nacional y que es de 2 mil 714 pesos.

Esta desigualdad provoca que la cifra de nuevos pobres se esté extendiendo aceleradamente ya que según estimaciones de la Secretaría de Desarrollo Social de Zacatecas, al cierre del 2020 estarían sumándose 100 mil habitantes más a la cifra global de pobres en la Entidad, lo que significa que el 56.67 de los zacatecanos están ahora en condición de miseria, es decir 850 mil personas estarían afrontando en este momento graves necesidades y escasez.

Pero para el titular de la dependencia Roberto Luévano Ruíz la creciente pobreza en la entidad no se debe al efecto de la pandemia por Coronavirus, el funcionario ha desestimado que sea producto del cierre de actividades económicas.

Pese a los criterios gubernamentales para intentar normalizar el avance de la pobreza, no se trata sin embargo de una cifra moderada o sistemática. En otras condiciones a principios del 2020 y hasta antes de la pandemia el estado afrontaba un crecimiento del 3.4 por ciento.

En los índices de pobreza contra un 7. 2 por ciento al cierre del año según el Coneval.

El organismo, que es el encargado de medir la pobreza en México y evaluar programas y políticas sociales del gobierno federal, ha estimado que en Zacatecas estaríamos iniciando el 2021 con un porcentaje de pobreza 4.8 puntos porcentuales mayor al porcentaje nacional. No emite sin embargo una justificación que respalde las causas que motivan tal crecimiento.

La institución financiera BBVA Bancomer en un reciente informe dice conocer los motivos: “El fenómeno (de la pobreza) es un duro golpe generado por el Covid (y) el paro escalonado de actividades no esenciales a grandes sectores de la población (en México) que no cuentan con los ingresos suficientes para las necesidades más elementales como la alimentación, sin considerar otras necesidades como la educación, los servicios de salud, la seguridad social, los servicios básicos como agua, luz e internet”.

Normalizar la pobreza, una nueva forma de violencia

Ser de escasos recursos ha dejado de ser una tragedia para convertirse en una desventura que parece normalizarse. Ahora no solamente el que nace pobre se queda pobre. La escasez la viven nuevos sectores que anteriormente oscilaban entre ser clase media y población económicamente limitada y cuyos ingresos están ya por debajo de las necesidades a cubrir y de la línea de pobreza.

Incluso como nunca antes, la considerada clase media alta también se tambalea y muchos están en camino del infortunio, aunque no lo admitan.

La riqueza ha quedado en manos del 10 por ciento de la poblaciónyelmodestobienestar alcanza apenas a un 16.8 por ciento de los habitantes del estado, que son no pobres y no vulnerables según el Coneval.

Se considera que en México una persona vive en pobreza cuando tiene al menos una carencia social de las establecidas por el índice de Previsión Social: rezago educativo, acceso a los servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda y que su ingreso sea insuficiente para cubrir sus necesidades alimentarias y no alimentarias.

Pero que la gente no tenga comida es violencia, y hay segmentos enteros de la sociedad que encaran una doble y hasta triple violencia. Viven en contextos de inseguridad, no tienen recursos para alimentarse y se confrontan día con día con la indiferencia de quienes pretenden normalizar la pobreza o no la quieren ver.

Para los pobres no hay soluciones, la propuesta pareciera ser resignarse. Los cinturones de pobreza en Zacatecas se han extendido a babor y estribor. Aquí hay muchos de los que trabajan y no les alcanza, pero también quienes no tienen nada y para quienes las tres violencias son ya casi imperceptibles.

La colonia África es una como habrá cientos de zonas marginales en Zacatecas, es un lugar inseguro, hogar de obreros pero también de muchos pobres. Las calles de esta porción de Guadalupe son empinadas y no tan esplendorosas colinas. El lujo lo contemplan a lo lejos en fraccionamientos exclusivos en el cerro colindante y la vistosa vialidad siglo XXI que la atraviesa.

Sus habitantes dicen vivir en un lugar normal, tranquilo, porque todos se conocen pero están recurrentemente en la prensa, en las noticias por causa de enfrentamientos. Dicen estar bien porque “hay donde vivir” aunque la pobreza extrema se les filtre por los muros de las casas –si los tienen-. Todos viven la violencia cotidiana de las limitaciones económicas, de la inseguridad y la descomposición social, pero también han desarrollado entereza ante la pobreza.

No necesitaron psicólogo para conocer de resiliencia, porque se saben humildes e invisibles, algunos recibieron una cobija para el duro invierno pero muchos adultos no saben ni siquiera que hay una pensión para el bienestar porque “algunos espontáneos gestores los han engañado”. Quienes viven en familia unen recursos, los que son solos se conforman con poco alimento y algo para pagar el agua. La luz no es indispensable para todos.

Su condición ha empeorado pero no todos lo distinguen. Sus compras son al menudeo en las grandes cadenas comerciales, de esas que suelen abrir cerca de zonas marginales pero que se llaman “mercados” y donde los precios aunque elevados, el consumidor apenas repara en ello porque va al día por un paquete de fideos y dos jitomates, eso sí ambientados con música de Shakira o villancicos navideños.

La camioneta que vende pan dejó de pasar, no lo extrañan porque ni bolillos ni conchas están en la dieta. La camioneta del gas rara vez se ve. Mujeres y hombres cual Pípila en la Alhóndiga de Granaditas van a surtir el cilindro en estaciones que operan a propósito, también en las proximidades.

Son de buen corazón y muy acomedidos –vinieron rapidito a rescatarme junto con mi vehículo atascado en el lodo.

-No traigo para la propina jefe, -busco, busco sale algo del monedero. Es la medallita de San Juditas. Son tiempos de poco efectivo ¿por la inseguridad? quizás.

-Usted no se preocupe, seguramente nos volveremos a encontrar –dice en tono relajado uno de los acomedidos. Guardo mi inseparable insignia.

A los serviciales colonos todavía les alcanza la sonrisa para desearme entusiastas un Feliz Año -nadie más que haya visto de persona este año de pandemia, me lo había augurado.

Cuando se trata de ellos, de los pobres para el resto se han vuelto invisibles y las ayudas gubernamentales parece que pasaron de moda o no llegaron nunca. Pero la solidaridad de

los más desfavorecidos esa sigue allí, esa no se irá, aunque el desequilibrio en el que se les ha sometido tendrá un alto costo, que en algún momento se tendrá que pagar.

En Zacatecas el 0.2 por ciento de la población es indígena y pobre, el 7.4 por ciento tiene alguna discapacidad, el 35 por ciento son menores de 18 años y el 8 por ciento adultos mayores de 65 años. Hay más pobreza en niños que en adultos; el 46.2 por ciento de los adultos es pobre, el 49.2 por ciento de personas con discapacidad son pobres. En todos los casos, los índices de pobreza en la entidad son mayores al porcentaje nacional. Todas cifras de Coneval.

Y según las proyecciones México será el país de América Latina con el mayor impacto en pobreza extrema en 2021.

Fotografía Ilustrativa: Cuartoscuro