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¿Por qué faltan médicos?

Por Irene Escobedo López

A pesar de que el número de graduados de las escuelas de medicina en México es superior al de cualquier país de América Latina (12 contra 10 por cada 100 mil habitantes) y el número de escuelas de medicina es superior a la de muchos países: 160 escuelas para ser exactos, no pocas organizaciones públicas y privadas siguen haciendo énfasis –antes y ahora- en el déficit que el país enfrenta ante la necesidad de un mayor número de profesionales de la salud, sobre todo en este momento que se enfrenta la dura batalla contra el Covid 19.

Pero al parecer la falta de médicos no es cuestión de números. Las escuelas están saturadas, el número de graduados es excéntrico y no pocos estudiantes le siguen apostando a la carrera de medicina como una de las opciones más votadas para seguir un camino profesional en México.

Y en efecto, mientras la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) confirma que México es uno de los países con mayor número de escuelas de medicina y de egresados de éstas, la Secretaría de Salud dice que hay una carencia de más de 200 mil médicos y 300 mil enfermeras.

¿Qué está pasando?

El personal de salud, continúa graduándose en especialidades cuya demanda va a la baja. En México existe un mayor número de pediatras y ginecólogos pese a que la tasa de fertilidad se ha reducido de forma importante (en los últimos 50 años de 6.7 a 2.1).

Contra los anteriores parámetros, y acorde a los datos de un estudio de la Academia Nacional de Medicina de México, A.C. se contabilizaron (2018) tan sólo 9 mil 901 internistas (8/100 mil habitantes) y 2 mil 671 cardiólogos (2/100 mil habitantes) para la atención de las enfermedades cardiovasculares, segundo problema de salud que tiene el país. Se dispone de 895 nefrólogos, pese al incremento que han tenido los problemas renales. Hay un neumólogo por cada 200 mil habitantes, no obstante que la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y el cáncer pulmonar exhiben tasas crecientes de mortalidad, sin considerar además el impacto de la pandemia por Covid 19.

Y así podríamos continuar enlistando un sin número de padecimientos y la carencia respectiva de médicos especialistas, sin considerar además, que la productividad de un médico especialista en el sector público en México es de dos consultas por día, ante lo que es importante poner atención en la productividad y también en la calidad del servicio en su conjunto.

No podemos sin embargo lanzar una acusación contra los profesionales de la salud, a sabiendas de la dedicación y sacrificios que la profesión misma implican. Frente a este escenario la premisa sería para el Estado, las Universidades y cuanta institución interviene en la formación y desempeño de los médicos o que regulan flujos de especialistas, pues se requiere acción pero a partir de la nueva realidad de salud pública en México (incluido el Covid) pues enfermedades epidemiológicas y de tipo crónico degenerativas principalmente, implican no solamente complicaciones y daño a la salud de muchos mexicanos, sino un alto costo económico y ahora sí, he aquí la carencia de médicos.