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Por asesinato de seminarista declara Diócesis de Zacatecas: Luto Institucional

No queremos más violencia ni muerte de inocentes

Irene Escobedo López

Su último recorrido de camino hacia la iglesia fue este viernes. A las 10 de la mañana el cortejo fúnebre del joven seminarista José Dorian, avanzo por las calles de Noria de Ángeles acompañado por sacerdotes, seminaristas y escoltado por danzantes, su familia y la gente de la comunidad hasta llegar a la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, donde se celebró la Misa de Exequias.

Fue el pasado 28 de diciembre a las 10.20 de la mañana, cuando el Departamento de Comunicación Social de la Diócesis de Zacatecas publicó el boletín donde informó sobre tan lamentable acontecimiento: “el 27 de diciembre, en una pequeña comunidad de la Parroquia de Noria de Ángeles, una familia fue víctima de hechos violentos”.

Las víctimas, dos personas, una de las cuales el seminarista José Dorian Piña Hernández, perteneciente al Seminario Conciliar de la Purísima Diócesis de Zacatecas, quien “perdió la vida como uno de tantos que forman parte de este suelo zacatecano”, sentenció la Diócesis. Su mamá y hermanos iban en la misma camioneta que fue objeto de robo con violencia. Todos sus hermanos siguen hospitalizados.

La Iglesia Católica de Zacatecas declaró luto institucional, al tiempo que condenó los hechos “Como Iglesia y Seminario condenamos cualquier forma de violencia en cualquier grado y circunstancia y, por tanto, a cualquier tipo de persona.

No queremos más violencia, ni muerte de inocentes, pedimos por caridad humana que tomen cartas en el asunto, a quienes corresponde investigar y esclarecer este hecho”, publicó la Diócesis.

A PUNTO DE SER SACERDOTE

A José Dorian le faltaba muy poquito para ser sacerdote. Llevaba más de siete años en el seminario. “Un poco más y el señor le concede la gracia del diaconato y después el presbiterato. Pero al fin y al cabo el ser diácono o ministro, es solo una forma de servir a Dios mientras nos llama a su presencia”, externo el sacerdote celebrante.

Por todos sus apostolados a Dorian lo conocían casi todos los sacerdotes y formadores. Dicen que fue un joven muy activo, muy vivo y con muchos talentos.

Su cuarto estaba lleno de instrumentos musicales, un teclado, acordeón, violín, contrabajo, guitarra. Le dedicaba mucho tiempo a la música, quería de esta manera brindar un mejor servicio en su apostolado. Entre sus compañeros fue servicial, al grado que hasta les boleaba los zapatos a todos en el seminario. Marco huella.

“Gracias por tu presencia, gracias por tu juventud, gracias porque fuiste paso a paso superando los desafíos de tu vocación, gracias por haber llegado hasta este momento”, fueron las palabras de despedida para Dorian durante la Misa de Exequias.