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Perdidos los rumbos

Jaime Santoyo Castro

En sus marcas, listos… ¡Fuera! Con esta frase se daba inicio a las carreras, y ya dentro de poco la escucharemos formalmente en quince entidades de la República relativa a las elecciones locales, y en todo el territorio nacional con rumbo a la elección de diputados al Congreso de la unión.

¿Los partidos políticos están terminando de afinar sus maquinarias y seleccionando a sus mejores cuadros? Para dar inicio a una de las contiendas que serán muy disputadas, pero con sorpresa nos vamos dando cuenta de que la selección que están haciendo los partidos políticos es de gente de ninguna manera vinculada a la política. A la cosa pública se van introduciendo futbolistas, cantantes de todos géneros, modelos, luchadores, boxeadores, mentirosos, payasos, y también algunos malosos. ¿Con qué propósitos? Conseguir el poder y hacer negocios, levantando la bandera de luchar por el pueblo; argumentando que van a proporcionar seguridad, paz, empleo, desarrollo, educación, salud, y tranquilidad social.

Se están cambiando los papeles: A la política se meten los que no son políticos, tras el desgaste de los que sí son políticos. Al Futbol se han metido a dirigirlo los políticos que no son futbolistas, ante la falta de credibilidad que están generando los futbolistas. Poco falta para ver a algunos políticos como luchadores (que no sociales), o cantando o contando chistes, que al fin y al cabo algunos son muy buenos para eso.

Perdidos los rumbos, cualquiera puede ser lo que sea, con tal de obtener poder y dinero y la población ya no sabe en qué creer o en quién confiar.

Muy lejos estamos de saber que un político o política es una persona que debe representar lo mejor de la sociedad; debe cumplir la ley, tener calidad moral, poseer los valores consagrados por la sociedad, como la honradez, la sinceridad, sencillez, conocimiento, experiencia, convicciones ideológicas, propuestas e ideas para mejorar la calidad de vida de los demás; trabajar por la sociedad para resolver sus problemáticas, conducir a sus representados a la superación y al desarrollo, etc. Lamentablemente la percepción generalizada actual es de que el político sólo persigue su interés personal, familiar y de grupo y que realiza actos de corrupción, que protege a quienes quebrantan la ley y sólo piensa en su poderío personal, lo que ha hecho que la gente desconfíe no sólo de los políticos, sino también de las instituciones. Pero debo decir que hay políticos que sí en verdad asumen la responsabilidad de luchar por los intereses de los demás, Sólo debemos identificarlos. Por ello, debemos hacer un serio análisis de aquí a la fecha de las elecciones y votar adecuadamente.