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Participación ciudadana

Jaime Santoyo Castro

Algo hay que hacer para recomponer la relación entre gobernantes y gobernados, pues cada día parece que o se agrandan los problemas sociales que afectan a la colectividad, o  se achican las capacidades de las instituciones y las autoridades para atenderlos.

Los partidos y los políticos han dejado de lado las causas, ocupados en la lucha por el poder y el reparto de los recursos públicos, y en tal virtud están dejando de ser interlocutores. Las militancias ven cada día con más desilusión que las identidades de sus partidos se han desfigurado y han dejado de ser la voz de sus reclamos y anhelos, extraviadas en alianzas enfocadas más en perseguir el poder que en gobernar para cumplir con la encomienda de propiciar el desarrollo, la paz, la tranquilidad, la armonia, la protección de la salud y de la vida, de la educación, la integridad familiar, el empleo, etc.

Las necesidades sociales son como el agua. Se meten por todos lados¡¡¡; buscan cauces y afectan a los más débiles, a los más desprotegidos, y los afectados buscan en la democracia quién les atienda y si el elegido para resolver no lo hace, o no actúa oportunamente, o de manera eficaz, se busca a otro interlocutor con la esperanza de que éste sí atienda a sus intereses. La sociedad se dio cuenta de que hay alternativas, y las está usando. La gente ya no espera; o la atienden, o se va a a otro lado. Se dio cuenta del poder del voto en los procesos electorales, y ahora además tiene otro instrumento que consiste en revocar el mandato a quien inicialmente se lo confió; pero entre estos procesos de elección y de revocación hay uno intermedio, que conocemos como la participación ciudadana, que funciona cotidianamente y se va haciendo más intensa y exigente, observando el actuar de funcionarios y empleados públicos, pidiendo cuentas e información, recabando datos, opinando y haciendo propuestas encaminadas a influir en las polìticas públicas, para que éstas sean más apegadas a los intereses de la colectividad.

Una ciudadanía bien informada será siempre una ciudadanía más responsable de su papel en la comunidad, pero será más exigente en el cumplimiento de la tarea de gobernar. Se trata de un proceso de responsabilidad y cooperación, en el que todos los sectores sociales pueden opinar, con conocimiento de causa, con experiencia en el tema, con calidad, sin intereses políticos o partidistas, con aportaciones de ciudadanos y organizaciones, con profesionales, expertos en los temas, empresarios, académicos, sindicatos, organizaciones religiosas, jóvenes, mujeres, deportistas, etc: han ido tomando conciencia de la importancia y necesidad de participar en la conducción de los asuntos que a todos nos interesan.

Frente a los rezagos y desvíos de la función pública, la participación social se constituye, sin duda, en el timón que guiará el rumbo. Bienvenidas las organizaciones ciudadanas.