Navegar / buscar

No hay tal pacto!!!

  • Jaime Santoyo Castro

Mucho se ha mencionado en los últimos días que el resultado de la elección presidencial del primero de julio está pactado, lo que me parece una aseveración tonta y tendenciosa.

Somos 88.7 millones en la lista nominal en la República, que dividiremos nuestro voto esencialmente entre cuatro candidatos: José Antonio Meade Kuribreña, Andrés Manuel López Obrador, Ricardo Anaya Cortés y Jaime Rodríguez “El Bronco”, pero sabemos que algunos anularán su voto y otros votarán por alguna opción no registrada. 

Aún cuando se conoce de algunas estratagemas articuladas por “operadores” políticos orientadas a inducir el voto, casi ninguna asegura que el objetivo se cumpla, pues en la individualidad del área de votar, cada quien ejercerá su derecho sin que medie en ese instante ninguna presión, y si todas las casillas están debidamente representadas y custodiadas, no habrá forma de desviar la voluntad de la mayoría.

Quienes afirman que ya el triunfo de AMLO está pactado, es porque se saben perdidos, y en lugar de buscar el voto buscan pretextos, demostrando carencia de imaginación y poca convicción en la democracia, como si gritaran para llamar la atención del electorado, o como para decir: “mejor pacten conmigo”.

En la democracia la mayoría manda, y el primero de julio, uno por uno, los mexicanos iremos a sufragar. No hay manera de obligar a votar por determinada opción; así se diga que hubo entrega de láminas, de despensas, de apoyos de diversa naturaleza a cambio del voto, o de presiones y/o amenazas. Cada quien va a vivir instantes de plena libertad y responsabilidad consigo mismo y como ciudadano, para emitir su voto como su conciencia le dicte.

Ningún líder, por muy hábil que sea: llámese sindical, de colonia, de sector, de organización, patronal, religioso, etc. puede mandar en el pensamiento del elector. No insultemos su inteligencia con esas aseveraciones. En el acto de votar ni hay magia, ni una fuerza mental tan poderosa que influya en cada votante. Es ingenuo pensar en ello.

Nadie hay tan poderoso en este mundo; ni el Presidente Peña Nieto, ni Trumph, ni los rusos, como para ordenar por quién votar, de manera tal, que quien no sea capaz de obtener por la vía de la razón el voto, no debe lloriquear y mejor es aceptar el resultado como lo decida la mayoría, y reemprender el camino a favor de México.