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Migrantes, tema del XI Premio de Fotografía LUZ y CAFÉ

AMPARO BERUMEN

Con el tema MIGRANTES, Café Cultura 22 años lanzó hace tres semanas su previo de fotografía, para la XI Edición del Concurso LUZ y CAFÉ. Y sin temor a estar equivocada, creo firmemente que el Arte de la Fotografía ha tenido en nuestro puerto un desarrollo importante. Esto he podido comprobarlo muy individualmente, a partir del lanzamiento de nuestro Primer Concurso de Fotografía LUZ y CAFÉ, inaugurado con gran éxito hace 10 años, por el fotógrafo zacatecano Pedro Valtierra. 

Parece increíble que a lo largo de este tiempo me haya dejado dicho concurso tantas vivencias entrañables y, por otro lado, tantos aprendizajes insólitos… En este orden de pensamientos, retomaré lo que hace un tiempo escribí aquí mismo: al igual que el arte de la fotografía, nuestro concurso ha aspirado a la condición de ser memorable. Empezará sin inicio y acabará sin final –como decía de la música Vinicius de Moraes, y como lo he dicho yo robando sus palabras, para seguir celebrando el arte que da figura a las visiones, a lo real instantáneo y esquivo y al cabo atrapado por el clic fotográfico. 

Usted habrá leído en alguna parte, o comprobado, que poetas y escritores han encontrado una y otra vez inspiración en el Arte de la Fotografía, visto por ellos como historias pendientes de contar. No en vano decía Julio Cortázar que una foto lograda presupone una ceñida limitación previa, obligada en buena medida por el reducido campo que abarca la cámara, y también por la forma en que el fotógrafo utiliza estéticamente esa limitación. Quien toma la foto se ve urgido a escoger un punto específico y a limitar un espacio que al valer por sí mismos, sean también capaces de llevar al espectador más allá de la anécdota o el relato visual. Porque fotografiar no es sólo robar un fragmento a una realidad que pueda abrirse a otra realidad más amplia, sino llevar al observador a los recintos de la imaginación. ¿O se tratará muchas veces, paradójicamente, de imprimir en una imagen fragmentos de una realidad por mucho inexistente?

Leamos al maestro Sergio Pitol: “Cuando Jacques Daguerre descubrió en 1838 ese novedoso proceso que permitía fijar una imagen en placas metálicas y revelarla en un papel especialmente sensibilizado, generó las reacciones más variadas: estupor general, júbilo en los sectores positivistas y desconfianza en los clericales. El Leípzíger Stadtanzeíger publicó esta declaración: “Pretender fijar las imágenes humanas como en un espejo es un proyecto blasfematorio. El hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios y esa imagen no puede ser fijada por ninguna máquina concebida por el hombre. Baudelaire fue uno de sus primeros detractores. Daguerre obtiene sus primeras placas cuatrocientos años después del descubrimiento de Gutenberg. Si bien la fotografía es un lenguaje diverso a la escritura, la completa y la potencia. Tres décadas después de su invención, la fotografía recorría el mundo. Todo lector de periódico no sólo leía las noticias, sino que también las veía; conocía de repente a las figuras eminentes de la política, la ciencia, el teatro, la ópera, las finanzas, el deporte y el crimen, todas las capas de la sociedad y las ciudades más maravillosas, desde sus más bellos palacios hasta algunos sórdidos barrios que nadie antes de la fotografía podía imaginar, y también las tribus recién descubiertas en Nueva Guinea, el corazón de África, los altos valles del Tibet y la selva amazónica. En fin, se fijó tanto en lo minúsculo como en lo grandioso…”

Y si bien la escritura y la fotografía se complementan, y se han complementado de antiguo las diversas expresiones estéticas como es el caso notable de la Ópera, será oportuno citar el binomio Danza-Fotografía para recordar al tampiqueño Nacho López, y su inacabada pasión por aquella nueva expresión del arte mexicano llamado Danza Contemporánea, en el que también participaron pintores, compositores, escenógrafos, viniendo a bien recordar aquí, entre muchos más, al célebre José Limón con sus creaciones innumerables como la importantísima Redes, basada en la obra con ese nombre, escrita por José Revueltas y musicada por Silvestre Revueltas.

Existen imágenes hoy convertidas en verdaderos emblemas del imaginario colectivo, como es el caso de la serie ZAPATA, del siempre entrañable y otrora coreógrafo y bailarín Guillermo Arriaga (a quien tuve la fortuna de entrevistar hace unos 15 años, cuando estuvo en Tampico a invitación del Seminario de Cultura Mexicana). Y aunque otros fotógrafos también participaron de la danza de aquel entonces con notables trabajos, Nacho López contribuyó al igual que pintores, escritores, músicos, como un artista convencido de los valores de la danza, haciendo evidentes innumerables textos e imágenes en publicaciones de aquella época, como la revista Siempre! 

Y decía yo en las primeras líneas que el Arte de la Fotografía ha tenido en nuestro puerto, sin ninguna duda, un avance innegable… Sirvan estos esbozos para motivar la mirada creadora de nuestros fotógrafos, dirigida hoy con apego y pasión hacia el tema MIGRANTES. Y vaya para ellos esta entrega.  

amparo.gberumen@gmail.com