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Medidas extraordinarias

Por José Guillermo P.H.

Hospital Zambrano Hellion del Tecnológico de Monterrey, reconocido como uno de los mejores hospitales de México y América Latina por la revista América Economía

El inicio de la vacunación contra el COVID-19 en México es una excelente noticia que da esperanza de que por fin puede estar al alcance el regreso a la normalidad, o al menos algo que se le parezca; sin embargo, la cantidad de dosis que México ha logrado adquirir son a todas luces insuficientes para controlar la transmisión del virus. Además, la logística necesaria para poder trasladar y aplicar las vanguardistas vacunas de Pfizer-BioNTech que requieren super congelación complican aún más la situación.

Sin duda alguna la ayuda del ejército al sector salud será de gran importancia para lograr llevar estas vacunas a distintas zonas del país, pero debido a restricciones regulatorias, un potencial gran aliado para realizar esta hazaña parece quedar fuera: el sector privado. En México existen en distintas ciudades, instalaciones médicas privadas de vanguardia con personal altamente capacitado, que muy bien podrían apoyar al gobierno en la titánica labor de aplicar las vacunas en todo el país.

Debido a la aprobación para uso de emergencia que se está dando a las vacunas, éstas no pueden ser comercializadas, de ahí que solamente pueda aplicarlas el gobierno. Existen muchas razones por las que esta restricción existe, sin embargo nos encontramos ante una situación que no se había vivido en un siglo; a tiempos extraordinarios, medidas extraordinarias.

Y hablando de medidas extraordinarias, la vacuna desarrollada por AstraZeneca y la Universidad de Oxford, ha visto demorada su autorización para uso de emergencia debido a un error en su protocolización; aparentemente no hay dudas sobre su seguridad de acuerdo con la información ofrecida por distintos reguladores y el propio laboratorio; lo que se desconoce es su nivel de eficacia con certeza, solamente se sabe que está entre el 60 y 90 porciento.

Esto es relevante porque justo esa vacuna es la que se piensa aplicar masivamente en México, ya que utiliza tecnología más tradicional y no requiere de infraestructura especial, además de que su costo es mucho menor. Ya hace algunos meses la fundación Carlos Slim anunció el acuerdo que realizó con AstraZeneca para realizar parte de la producción de dicha vacuna en nuestro país. Normalmente en México se autorizan las vacunas después de que lo hacen algunos otros reguladores como la FDA de Estados Unidos, pero hoy no vivimos una situación normal, por lo que no sería descabellado que las autoridades regulatorias mexicanas pongan especial atención a esta vacuna y le otorguen -con responsabilidad y cautela, pero también con prontitud- una autorización de emergencia sin necesidad de que lo hagan antes otros organismos como la FDA, pues en el vecino país del norte no tienen muchos motivos para acelerarla, ya que tienen aseguradas millones de dosis de las costosas vacunas de Pfizer y Moderna.

Se sabe que India está próximo a dar autorización para uso de emergencia a la vacuna de AstraZeneca, si esto ocurre, el país asiático cuya población es diez veces mayor a la de México, podría acaparar una gran parte de las dosis que produzca dicho laboratorio, lo que afectaría gravemente la distribución en nuestro país. La pandemia causada por el SARS-CoV-2 ha infectado a millones de personas, causado cientos de miles de muertes y graves afectaciones a la economía global; en México las consecuencias han sido desastrosas, siendo el cuarto país del mundo con más muertes reconocidas por las autoridades sanitarias. Hubo acciones que estuvieron al alcance del gobierno de México desde el inicio de la pandemia y no se realizaron; ahora tenemos cercana la posibilidad de comenzar una campaña de vacunación a lo largo y ancho del país, ojalá que en esta ocasión no se actúe con tibieza ni se quiera monopolizar la narrativa de la vacunación, pues por ahora lo único que tenemos son imágenes de unas pocas decenas de miles de vacunas, reproducidas millones de veces en redes sociales y medios de comunicación.