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Manuel Felguérez, geometría de una vida en el arte

Por Irene Escobedo

Considerado como uno de los artistas de mayor relevancia e influencia de la plástica mexicana en la segunda mitad del siglo XX, el Maestro Manuel Felguérez falleció a los 91 años de edad, a causa del Covid-19. Hace unos días habría dado positivo al virus, pero se negó a ser hospitalizado. El pintor, escultor y muralista zacatecano, murió cerca de la media noche de este domingo en su casa, en la capital del país.

Originario de la Hacienda del Vergel, Valparaíso en Zacatecas. Desde la edad de siete años, Felguérez vivió en la Ciudad de México. Su inclinación por las artes fue el resultado de la locura de un niño que atrapaba bichos y arañas. Por esa inquietud en la escuela se destacó en taxidermia, el arte de disecar arañas.

Su familia no tenía antecedentes artísticos. Esperaban que el joven Manuel estudiara medicina. Su camino fue la Academia de San Carlos, donde apenas permaneció tres meses: Como escuela le pareció pésima y en su rebeldía saco a relucir lo que él describe como pecado de vanidad: “Me sentía mucho si y mejor me fui. Me pusieron a dibujar un carrito y un caracol. Eso fue todo”.

Fue un joven explorador que formó parte de los Scouts de México, amante de la naturaleza y apasionado de los deportes al aire libre, de los viajes y aventuras. A los 18 años y con múltiples carencias, realiza su primer viaje a Europa. No había dinero para comer, intercambió cupones por pan. Viajo en trenes de carga por el continente. En Londres hizo su primer dibujo, un diseño de la Tower Bridge “me sentí un pintor” le diría airoso a su amigo que le acompañaba quien se comenzó a reír como un loco, pero vio nacer una vocación.

La inspiración de Felguérez fueron los grandes museos europeos y las obras que albergaban. Recorriéndolos descubrió que lo más importante en su mundo era el arte. Decide iniciarse como escultor.

En 1949 vuelve a Francia para estudiar al lado del escultor francés de origen ruso Ossip Zadkine artista del cubismo que se convertiría en una de las mayores influencias para el trabajo posterior de Manuel Felguérez en la escultura, la pintura y el muralismo.

A su regreso a México, Manuel Felguérez comenzaría a destacar como artista hasta convertirse en el mejor exponente del arte abstracto geométrico de Latinoamérica: “Empecé haciendo animalitos de fierro que luego vendía en tiendas de artesanías. Con las Olimpiadas, cambié a hacer deportistas. Pude vivir de la artesanía por un año”. Su principal motor fue también económico.

Desde su primera exhibición en 1958, Felguérez participó continuamente en innumerables exposiciones individuales y colectivas en México y el mundo: “Mi trabajo cotidiano era exponer, pero también tenía que ganarme la vida. Tenía familia, luego un divorcio. Trabajé trasportando niños de escuela en una camioneta. En mi taller el primer año hice como 5 obras, pero de repente no había dinero para pagar la raya y me iba al monte a empeñar la pulidora. Al final en diez años hice como 30 murales”, precisaría el artista recientemente entrevistado por editorial Gandhi.

Sobre sus obras y su último trabajo habría dicho: “He tenido una suerte extraordinaria y creo que ya no puedo hacer más. Para colmo a los 90 (años) me cayó la suerte de pintar el cuadro para Naciones Unidas (ONU) que tiene como gracia que es una sola tela de 9×3 (metros). En ningún (otro) museo me van a dar una pared entera de por vida. Aquí es como el centro del arte, es Nueva York. Es un lujo. Me tocó estar en el salón de las banderas y eso lo pongo como punto final, no me pudo haber ido mejor”.

Trayectoria Académica

Manuel Felguérez se desempeñó también como maestro. Impartió clases en la Universidad Iberoamericana, participó en la elaboración del proyecto de creación de la carrera de Artes Visuales, en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM, donde fue maestro e investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas. Fungió como investigador huésped en la Universidad de Harvard y como profesor invitado en la Universidad de Cornell, en los Estados Unidos. Incursionó también en el campo de la escenografía como parte del grupo de Teatro de Vanguardia dirigido por Alejandro Jodorowsky.

Premios y Reconocimientos

A lo largo de su trayectoria, Manuel Felguérez ha sido merecedor de diversos premios y reconocimientos nacionales e internacionales, entre los que destacan: el Segundo Premio de Pintura en la Primera Trienal de Nueva Delhi, India, (1968); la beca de la Fundación Guggenheim y el Gran Premio de Honor de la XIII Bienal de Sao Paulo, Brasil, (1975); el Premio Nacional de Artes de México (1988); el nombramiento como Creador Emérito por el Sistema Nacional de Creadores de Arte del CONACULTA (1993), La Encomienda de la Orden Isabel La Católica, del Gobierno Español (2006); el grado de Doctor Honoris Causa por la Universidad Autónoma Metropolitana de la Ciudad de México (2009) y la Medalla Bellas Artes (2015).

El Museo

Como un reconocimiento a su trayectoria y aportación artística, en 1998 se fundó en Zacatecas, el Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez cuyo acervo, en buena parte, fue donado por el propio artista.

Otros espacios culturales también llevan su nombre: la Galería de Arte Electrónico del Centro Nacional de las Artes, La Galería Metropolitana en la Rectoría de la UAM, la Casa Municipal de Cultura de Valparaíso, Zacatecas, y la Biblioteca del Hotel The Sebastian en Vail, Colorado, E.U.A.