Navegar / buscar

LOS 90 AÑOS DEL PRI

Jaime Santoyo Castro

El pasado 4 de marzo, el PRI, cumplió 90 años, ocasión para hacer un recuento de su existencia y su futuro por venir.

Nadie puede negar que el PRI fue un instrumento de consolidación del desarrollo, de la libertad, de la democracia y de la paz en nuestro país, pero tampoco podemos negar que sus principios y sus causas se fueron olvidando y ello derivó en la gran derrota electoral del 1 de julio de 2018.

El PRI fue concebido como una alianza de clases. Ahí confluyeron los que habían luchado por las causas de la revolución de 1910, particularmente los campesinos y obreros, y la entonces incipiente clase media. Un Partido de centro izquierda que si bien no excluía a los poderosos, tampoco los incorporaba. De esa primera gran alianza nacional surgieron acuerdos que derivaron en la pacificación de la República y se dió paso a una larga etapa de concordia y prosperidad.

Sus documentos básicos recogían plenamente las aspiraciones largamente anheladas por los grupos sociales y muy pronto se convirtió en un eficiente interlocutor de la población con los poderes del Estado y por ende, en el abanderado de las causas populares. Las demandas sociales se institucionalizaron, a través de una serie de proyectos de desarrollo económico, social y cultural.  La estructura de gobierno se fue adecuando para atender las exigencias sociales. Así surgió el Banco de México, el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras), el Banco Agrícola, Petróleos Mexicanos, la Secretaría de Educación Pública al mando de José Vasconcelos. la Universidad Nacional Autónoma de México, El Instituto Mexicano del Seguro Social, y una gran cantidad de instituciones.

Esta eficiente interlocución le dio un largo período para gobernar, pero la sociedad fue evolucionando, y el Partido, que estaba al pendiente de institucionalizar sus nuevas demandas, se fue alejando de las bases; se fue olvidando de sus principios; fue desviando su camino; se fue nutriendo de gente más comprometida con intereses económicos que sociales, y le dio la espalda en el 2000, para regresarle la confianza en 2012, pero no aprendimos la lección, y en 2018 nuevamente nos castigó el voto popular; pero su estructura aún se mueve, sus principios están vigentes, si se sacude sus maléficas adherencias puede que recupere la confianza; si no, deberá darle paso a nuevas expresiones.