Navegar / buscar

La oposición confinada

Jaime Santoyo Castro

Tal parece que el virus del COVID-19 se adelantó en México y apareció en 2018 haciendo estragos en la salud de los partidos políticos nacionales que compitieron en contra de la alianza integrada por Morena, obligándolos a guardar una larga cuarentena que suma casi dos años, sumidos en la inacción.

Y es que no han podido librarse del dolor de cabeza causado por la contundente derrota y han debido soportar el malestar general y la tos seca que se produce cuando las críticas, lamentos, señalamientos y ocurrencias mañaneras hacen su aparición, dejándolos prácticamente sin respiración.

Nada, ni el gran número de errores de los conductores de la nueva era ha podido lograr que se reanimen y muevan sus otros impresionantes músculos, y sus dirigentes no han sido capaces de conseguir ventiladores para darles respiración y conseguir que estén en forma para la siguiente competencia.

¡Quedaron mudos! No se escuchan sus voces haciendo eco de los reclamos populares. Han sido incapaces para en primer lugar, defender lo que antes defendieron y/o propusieron e impulsaron con tanto fervor, como la obra del aeropuerto de Texcoco, o la reforma energética, o la reforma educativa, por sólo mencionar tres cuestiones, como si no hubiera argumentos válidos que sustentaran aquellas acciones, y dando la impresión de que no había razón para sostenerlas.

Se acabó el vínculo de los partidos con las causas de los campesinos, de las clases trabajadoras, de los jóvenes emprendedores, de las organizaciones de profesionistas, de los médicos que han sido vapuleados, de las mujeres violentadas que han sido ignoradas, de las madres trabajadoras que se quedaron sin el apoyo de las guarderías, de las clases medias que claman por oportunidades de bienestar, de los pequeños y medianos empresarios, que requieren con urgencia apoyos para sostener sus negocios y de la sociedad en general que exige seguridad.

El virus dejó sin voz a la oposición. El gobierno y sus aliados juegan al gato y al ratón mandando auténticos calambres a los actores sociales y económicos como la propuesta de disminuir las comisiones bancarias o la de la intervención del INEGI para cerciorarse de las condiciones económicas de la población, y las que siguen, y todo esto con la complacencia de la oposición que no aparece. Ojalá y ya termine su confinamiento y salgan para bien de la democracia y de México.

*Fotografía: Cuartoscuro*