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La cusinela y cómo cambió la relación de los wixáricas con el mundo

La canción interpretada en dialecto, el más hablado en Zacatecas, ha integrado a los Huicholes con el mundo que les circunda.

Irene Escobedo López

Tololoche, violín o raberí, guitarra y vihuela, al son de la cumbia Cusinela, perteneciente a la etnia de los huicholes, el corazón del centro histórico de Zacatecas parece volver a latir después del letargo provocado por el confinamiento social. No hay mejor ritmo para recordar a los transeúntes que la vida continúa.

Pocos se resisten al ritmo pegajoso de la melodía. Todos se detienen, hay sonrisas, miradas vibrantes, luminosas. Es la alegría que había estado ausente en el ánimo de la mayoría. La hace posible una pieza musical de la que nadie entiende una palabra, pero qué más da.

Los músicos, un cuarteto de huicholes, que hablan español, lo aprendieron siendo adultos como una necesidad de vincularse con la sociedad, con otras comunidades para ir en busca de sobrevivencia y de educación, aunque para su comunidad la escuela sea “un mal necesario”.

Su dialecto ha estado reconocido en la ley de derechos lingüísticos como una lengua nacional de México; en Zacatecas es el dialecto más hablado, aunque de cada 100 personas que hablan alguna lengua indígena en la Entidad, 12 no hablan español, revela el INEGI.

A través de Cusinela, los músicos salen en busca de sobrevivencia. Prefieren el primer cuadro de la ciudad y sus plazas aledañas. Apenas se siente el ritmo y todo parece transformarse alrededor. En el piso un estuche del violín invita a la cooperación. No todos contribuyen. Pero el balance del día para los Wixáricas será de entre 150 y 200 pesos para cada uno. Alcanzará para comer y retomar con energía la jornada del siguiente día.

La comunidad de Wixáricas en el Estado, está integrada por mil 892 huicholes, seguidos de otras etnias como los Tepehuanos del sur, grupos Náhuatl y Mazahua. Documentos históricos indican que los wixárika llegaron a la región de la barranca de Bolaños y a la región de Jerez, aproximadamente al mismo tiempo que los españoles.

Al parecer los orígenes de la música de los huicholes, son tan antiguos como las raíces mismas de la etnia Huichol. Hay documentos que indican que la fiesta de los primeros frutos, se celebra con canciones que son toda una ceremonia.

 “Esta ceremonia busca en sí agradecer a los dioses por los alimentos y festeja que los niños vivan más de cinco años, en tanto ayudan a complementar el conocimiento de sus raíces que los identifican como etnia huichol”, describe la antropóloga del INAH Marina Anguiano en la investigación “El Hombre y lo Sagrado”.

La cumbia Cusinela es parte ahora de la tradición wixárica, ha sido grabada por Universal Music y otras compañías haciéndola ganadora de un Grammy. Ha encabezado también los primeros lugares de la música autóctona más sonada y bailada en Estados Unidos y Portugal, pero interpretada por músicos callejeros representa la búsqueda continua de la aceptación social, también de la sobrevivencia a través de la caridad.

La gente nos ve como algo folklórico y simplemente bonito, eso lo agradecemos. Pero nuestro mundo es más complejo aún”, admite Nierika, el músico a cargo de la vihuela.  En el ánimo de los indígenas, la cumbia Cusinela puede ser considerada como emblemática al representar la continuidad de las relaciones de los wixaritari con el mundo circundante.

El impacto y la vinculación socio cultural que Cusinela ha provocado, ha sido motivo de diversos análisis literarios y musicales. En su libro “Músicos Migrantes: La movilidad artística en la Era Global”, el escritor Miguel Olmos Aguilera destaca como esta pieza musical “ha sido capaz de cambiar las formas de relación y de concepción del indio de un esquema de discriminación y segregación pre existente, hacia un modelo al menos en apariencia más incluyente”.

La difusión de Cusinela entre las comunidades indígenas y entre las poblaciones mestizas cercanas a los huicholes, comenzó en 2006.  Actualmente hay versión disco, cumbia, ranchera, pero una de las más hermosas versiones se encuentra entre los acervos de la fonoteca del INAH https://mediateca.inah.gob.mx

Es parte de las piezas que integran la obra Testimonio Musical de México volumen 64 disco 2 y está catalogada como cumbia del siglo XXI con origen en Santa Catarina Cuexcomatitlán (Tapuirie) Mezquitic, Jalisco.

Grupos de todo tipo la han incorporado a su repertorio. Con banda o en genero duranguense la cantan en dialecto sin conocer siquiera lo que pronuncian, sino para atender las peticiones del público. Muy pocos hasta ahora conocen su traducción y real significado.

Miguel Olmos Aguilera lo explica de la siguiente manera: “Se trata de una canción que en su letra revela un contenido lúdico, de cierto modo infantil y con claro sentido picaresco. Literalmente presenta recursos como el juego de palabras y el doble sentido”.

En la melodía revela un sentido melódico cercano al recitado del Hip Hop. En la instrumentación, presenta una significativa ornamentación; en la forma de ejecutar el contrabajo se emplea la técnica del slam o golpes de cuerdas contra el mástil localmente llamado chicoteo.

Identidad étnica, inclusión social o sobrevivencia, la música tradicional de los Wixárica representada en Cusinela es un canto colectivo, una petición de igualdad, correspondencia, que seguirá fomentado el paralelismo entre dos culturas que ocupando un mismo suelo pueden despertar a la homogeneidad en el más estricto respeto a las tradiciones que circundan a cada uno.

“Somos granos de maíz de una misma mazorca,

Somos una sola raíz de un mismo camino”.

Poema otomí