Navegar / buscar

LA CARAVANA MIGRANTE

Jaime Santoyo Castro

 

El arribo de un contingente de extranjeros a la frontera mexicana de Chiapas intentando ingresar a territorio nacional no es sólo un problema que deba enfrentar el Instituto Nacional de Migración, ni las autoridades mexicanas. Es un problema que nos atañe a todos los mexicanos y por tal motivo debemos estar atentos a ello con la cabeza fría y el corazón abierto a la mejor solución.

Nuestro país se ha distinguido por su apertura y por dar refugio a quien razonablemente debe recibirlo, con respeto a sus causas y sus ideologías o religión, pero siguiendo nuestras normas; sin embargo, esta vez es diferente. Se trata de una gran concentración de hondureños que están huyendo de su país ante las nulas oportunidades de tener una vida digna en su país, siguiendo el sueño americano.

No hay trámites previos ante las autoridades migratorias para que se les permita el ingreso a nuestro territorio. Se trata de entrar aunque sea sin permiso y sin protección. Hombres, mujeres y niños; ancianos e incluso discapacitados llegaron al puente internacional en tropel y derribando una de la puertas, se apostaron a lo largo del puente esperando para entrar. Otros ya intentan ingresar navegando por el río. El objetivo es llegar a México, para recorrer el país rumbo al país del Norte.

¿Qué debemos hacer? ¿Dejarlos pasar sin reunir ningún requisito? o ¿darles visa de transmigrantes para que lleguen a los límites con Estados Unidos? ¿Detenerlos ahí en el puente sin dejarlos ingresar? Lo que debemos hacer es cumplir con nuestras normas en ejercicio de la soberanía nacional, como bien lo ha dicho el Presidente Peña Nieto.

Hay quien, con ligereza, ha dicho que si los detenemos le haremos el trabajo sucio a Trump, lo que me parece infortunado. Pensemos en que si los dejamos pasar, van a recorrer el país, donde ya hay miles de sudamericanos, centroamericanos y mexicanos que se les van a unir y llegarán a nuestras ciudades fronterizas donde ya de por sí están sobrepoblados y los americanos no los van a recibir, lo que se va a convertir en un gran problema, porque se van a quedar de este lado y quizá con ese motivo los gringos cierren las fronteras, con el grave daño para la economía de aquellos lugares, y la carga para nuestros connacionales.

Si les damos visa humanitaria para que se queden en México, ello implica que les ofrezcamos un lugar donde se asienten, que mejore las condiciones de las que vienen huyendo, y no creo que estemos en condiciones de hacerlo, habida cuenta de que después de este grupo vendrían muchos más y se convertiría en un muy grave problema para los mexicanos.

Por ello creo que los mexicanos los debemos apoyar, quizá ofreciéndoles ayuda humanitaria que la reciban en sus lugares de origen, pero no con disminución de las condiciones de vida para nosotros.