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La alianza mal parida

Juan Ignacio Zavala

Se antoja difícil el armado de una estructura política de gran complejidad, con la enorme cantidad de intereses que la cruzan

La alianza opositora es una buena idea en las manos equivocadas. Por alguna extraña razón, cuando mucha gente está convencida de la conveniencia de la gran alianza, los partidos entran en problemas y el proyecto se cae.

Que si Alito es corrupto y mala onda, que si no tienen los votos, que si el PRD cabe en un elevador, pero exige diputados como si tuviera votos, que los del PRI ya se pelearon entre ellos, que si el PAN se quiere agandallar todo, que si el patrón es Claudio X., que si Claudio X. es una botarga empresarial… en fin, chismes van y vienen. En lo personal, ya lo he comentado en este espacio, no creo en esa alianza. Me parece que el PAN debiera ir solo con una candidata o candidato tan potente que lo tuvieran que apoyar los otros en el mismo espíritu de la alianza. Y digo el PAN porque es el partido competitivo.

El PRI está en la lucha por sobrevivir a la espera de que no le den la extrema unción, y el PRD, en efecto, cabe en un elevador con todo y sus votos. Así que, en efecto, el PAN –partido que representa a los conservadores como les dice AMLO– es el competidor más relevante del lopezobradorismo. Sin embargo, y más allá de mis consideraciones, hay grupos amplios y representativos de la vida política nacional que apuestan todo a la dichosa alianza.

De hecho, hay una apuesta política muy fuerte para lograr, a como dé lugar, esa opción. Se antoja difícil el armado de una estructura política de gran complejidad con la enorme cantidad de intereses que la cruzan. Desde mi punto de vista las alianzas que han funcionado son las que ha tenido el Partido Verde con otros institutos políticos. Y han funcionado porque se tratan exclusivamente de dinero con algunas posiciones políticas de poca relevancia. En ese sentido, el Verde ha dado muestras de ser un aliado electoral confiable y poco problemático.

El día de ayer, PAN, PRI y PRD anunciaron la alianza opositora para las elecciones en Estado de México y Coahuila este año, y la intención de ir juntos a la presidencial de 2024. El acuerdo suena razonable: el PRI pone los candidatos en las elecciones de este año, el PAN lleva mano para el candidato de la CDMX y sobre el modo de elección para la candidatura presidencial.

El PRD nada más apoya o algo por el estilo. Insisto, suena razonable, pero, por lo mismo, va a tener una gran cantidad de tropezones. Ya salieron algunas asociaciones cívicas a decir que quieren aportar en el método de elección, la plataforma y demás.

A saber en qué queda eso. Por lo pronto, no acababa de nacer la alianza cuando el presidente del PRD, Jesús Zambrano, denunció acuerdos cupulares entre los otros dos partidos y un reparto de cuotas a espaldas de “la sociedad civil”. Ni la sonrisa les duró y ya están en pleitos de nuevo.

Esto, a reserva de saber qué dicen los priistas enojados con don Alito. Son, en su mayoría, senadores molestos con su dirigente por las trapacerías y tranzas que ha hecho el líder tricolor, y eso que apenas lleva un día la alianza y ya se ven llegar cantidad de conflictos. La alianza no nació muerta, pero parece una alianza mal parida que tendrá problemas para caminar.