– Luego de más de 40 años, la clínica del IMSS requiere ampliarse y mejorar en todos los aspectos

Revisando un poco la historia, podemos darnos cuenta que la consulta y atención médica en la Clínica del IMSS desde 1972 año en que fue inaugurada oficialmente en Jerez se ha incrementado muchísimo, pero las instalaciones prácticamente son las mismas de hace cuatro décadas.

La insuficiencia para atender a los derechohabientes es evidente, se requieren más médicos y consultorios, ampliar los servicios para evitar tanto traslado a Zacatecas y algo en lo que siempre hay problemas, surtir la farmacia del medicamento necesario.

Además de todo esto, las quejas por la tardanza en la atención de consulta o urgencias son frecuentes, ya que al parecer no existe la correcta coordinación entre el personal médico en los horarios para el almuerzo o la comida, haciendo perder mucho tiempo al paciente.

Hace unos días, varias fueron las quejas respecto a la atención en urgencias, ya que no había personal, simplemente no había servicio porque –según el vigilante- fumigaron el lugar.

Quienes requerían de atención urgente tomaron la opción de acudir al Hospital General, donde sí se les atendía, luego de esperar 4 o 5 horas su turno.

Son muchas las personas que sufren un calvario a fin de que puedan ser atendidas en hospitales públicos y dada la crisis económica de las familias, no les queda otra opción.

A nivel nacional y en el estado de Zacatecas se manejan cifras multimillonarias en cuanto a las inversiones en salud pública, pero en Jerez desafortunadamente no vemos avances significativos.

Ojalá que los servicios vayan mejorando, sobre todo en el Seguro Social y se agilicen también las citas con médicos especialistas a la capital del estado, las que tardan meses en darse.

Muchos derechohabientes se quejan de dicha tardanza en otorgar citas y también del trato un tanto déspota que reciben, lo cual debe corregirse, ya que el servicio que se presta no es gratis, las empresas o instituciones vía impuestos están cubriendo puntualmente sus cuotas para el pago de servicios, incluidos los salarios de esas personas que tratan mal a quienes acuden en busca de una atención de calidad.