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Es el momento de la construcción democrática y el diálogo

– Gilberto González Acevedo
El domingo pasado vivimos en nuestro país un día de enorme trascendencia, tuvimos las elecciones más grandes en la historia de México y culminó en paz lo que probablemente fuera el proceso electoral más polarizante que hemos presenciado. Atrás queda la contienda electoral y lo que tenemos frente a nosotros es el momento de la conciliación y construcción democrática.
Se contrastaron ideas y métodos de trabajo, se expresaron opiniones y la decisión fue tomada, ahora es tiempo de trabajar juntos sociedad en general, empresarios, maestros, estudiantes, medios de comunicación, profesionistas y gobierno para consolidar una verdadera democracia que poco a poco va dejando de ser una democracia en construcción con apenas dos décadas de existir, para convertirse -esperemos que pronto- en una democracia plenamente desarrollada libre de desconfianza en las instituciones.
Una muestra de que vamos en el camino correcto es la civilidad política con que aquellos que no se vieron beneficiados con el triunfo electoral aceptaron su derrota y se dijeron dispuestos a trabajar con el próximo gobierno pero también a ser oposición y defender sus ideas siempre desde la vía democrática, a diferencia de lo que había ocurrido en otras ocasiones, donde el perdedor -que había sido Andrés Manuel López Obrador- había rechazado el resultado de la elección y acusaba a las instituciones de cometer un fraude en su contra.
A lo largo de la semana hemos visto cómo ha comenzado un proceso de conciliación y consenso, incluso algunas promesas de campaña de AMLO han quedado descartadas -por ahora- a tan sólo una semana de la elección en pos de lograr acuerdos y evitar turbulencias innecesarias. Es algo que no muchos esperaban y que evidentemente ha sido visto de buena manera por los mercados, muestra de ello es la valorización del peso que en una semana ha recuperado en su tipo de cambio casi un peso frente al dólar, luego de que el que sería el próximo Secretario de Hacienda explicara que no pueden bajar los precios de la gasolina y de la reunión que tuvo AMLO con las cúpulas empresariales y los acuerdos a los que llegaron, impulsada además esta recuperación del peso por factores externos como el aumento en los precios del petróleo.
Pero los temores persisten. El vínculo de López Obrador con la CNTE, una organización radical de maestros que se oponen a la certificación profesional y alientan la venta y herencia de plazas magisteriales podría profundizar el atraso educativo que vive México. Además algunas propuestas arcaicas en materia económica, como las medidas proteccionistas para favorecer una autosuficiencia alimentaria y energética, simplemente no tienen cabida en el mundo globalizado del siglo XXI.
También está en riesgo la reforma energética, que podría traer al país inversiones por 200 mil millones de dólares, generando empleos altamente especializados y bien remunerados, además de una enorme recaudación de impuestos por la explotación de un bien -los hidrocarburos- que están llamados a quedarse obsoletos en las próximas décadas gracias al vertiginoso avance de la tecnología en materia de generación de energía renovable. Temores que se acentúan en el contexto de incertidumbre que se vive en torno al Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Esas propuestas tan regresivas contrastan enormemente con otras que son muy positivas, como las pensiones a adultos mayores de 65 años, o los programas de becas y capacitación para jóvenes que se acordaron impulsar en la reunión que tuvo AMLO con grupos empresariales como COPARMEX, el Consejo Coordinador Empresarial y otros, que busca crear un programa de aprendices para jóvenes que no estudian y no cuentan con trabajo.
Uno de los estandartes de la campaña de López Obrador fue el combate a la corrupción, sin embargo la primicia de “si el presidente es honesto, los demás servidores públicos tendrán que proceder de la misma manera” es un acuerdo sumamente frágil y puede funcionar sólo por un tiempo, mientras la concentración de poder que todo parece indicar tendrá AMLO, perdure. Sin embargo en el combate a la corrupción -como en muchas otras cosas- no podemos depender de caudillos o figuras presidenciales poderosas, sino de instituciones sólidas con mecanismos de acción y candados plenamente definidos y de una sociedad civil participativa.
López Obrador tendrá todo a su favor, contará con mayoría en ambas cámaras, un enorme apoyo social y muy probablemente también con una oposición dispuesta al diálogo y cooperación.
Enrique Krauze en un artículo publicado en The New York Times después de la elección aborda este tema y dice:
“Hoy es día de mirar al futuro. López Obrador debe convertir su triunfo en un triunfo de México. La clave estará en abrir una etapa histórica en la que el espíritu de conciliación, la tolerancia, el respeto pleno a la libertad de expresión priven sobre la polarización, el encono y la censura. Si adopta ese espíritu y si respeta y fortalece la vida institucional, dará un ejemplo de liderazgo ético y democrático. México lo merece. El mundo lo merece. Ambos lo necesitan.” Dado lo ocurrido en los últimos días, podemos tener esperanza de que tal vez, así sea.