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Entre la inoperancia e indecisión, a punto de concluir la gris administración de Fernando Uc

 

-Los que ya se van, dejan un balance nada alentador para Jerez

A unas semanas de terminar la administración de Fernando Uc el balance no parece nada alentador, pues si bien en algunas áreas se trabajó de manera activa y eficiente como son los casos de SIMAPAJ, DIF, Instituto de Cultura o el Instituto de la Juventud -a quienes se les ha reconocido su esfuerzo reiteradamente-, la gran mayoría nadaron “de muertito” pues se dedicaron a cumplir con lo mínimo -y en algunos casos, ni eso-, comenzando por la mediocre gestión de recursos para el municipio a pesar de ser una administración priísta, con un gobierno estatal priísta y un gobierno federal también priísta.

Se tenía todo para lograr abonar al progreso de Jerez de manera significativa, sin embargo esto no sucedió y la administración se conformó con funcionar con los recursos que le asigna la federación como parte del presupuesto, no se conoce de ningún proyecto verdaderamente relevante que se presentara y mucho menos que se aprobara, poco se trabajó con los diversos sectores de la sociedad civil como los comerciantes, que tardaron más de un año en ser recibidos por el presidente para llegar a acuerdos que no se respetaron o algunas organizaciones sin fines de lucro que se acercaron en numerosas ocasiones a pedir apoyo para las diferentes actividades que realizan a quienes siempre les dijeron que sí, pero nunca les cumplieron.

Todo esto solo se puede explicar por la falta de sentido institucional; muchos en lugar de entender que llegaron a trabajar a la presidencia de Jerez, sintieron que eran la presidencia, perdieron más el tiempo en intentar clasificar a los jerezanos como aliados o enemigos, cosa que nunca pudieron terminar de hacer debido al juicio nublado por la delgada piel e intolerancia ante la crítica mostrada por algunos de ellos que en más de 40 años no habíamos visto. Esto llevó a la administración en una espiral de paranoia y los alejó cada vez más de gobernar para Jerez y los atrincheró en un esfuerzo por justificarse y defenderse a base de mentiras. ¿A caso esos funcionarios de piel delgada creían que encontrarían un pueblo homogéneo de aduladores sin opinión propia? El oficio político no es opcional en puestos de esta naturaleza y si no lo tienen, debieron reconocer su incapacidad a tiempo y hacerse a un lado en lugar de aferrarse y autoconvencerse de que son víctimas de los malos ciudadanos, de las circunstancias, de otros grupos políticos y de todo mundo. Era tan sencillo como seguir el consejo que Alejandro Martí dio a los funcionarios públicos en 2008: Si no pueden, renuncien.

Parte del trabajo del presidente es colocar a personas capaces que cumplan con su función, en varias ocasiones anunció que haría cambios en su gabinete pues había personas que como él mismo dijo, no estaban cumpliendo. Lamentablemente nunca se atrevió a hacerlo, y eso le pesó durante toda su administración pues era su responsabilidad.