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Enemigos del patrimonio histórico

Jaime Santoyo Castro

La belleza de Zacatecas capital, construida sobre cantera y plata, heredera de un prestigioso linaje, y conformada por sus calles y callejones flanqueados por casonas de cantera rosa y herrería artística extraordinaria es sin lugar a dudas motivo de orgullo local y nacional, pero lamentablemente, hoy se encuentra en riesgo. Hay casas a punto de venirse abajo por descuido o escasez de recursos, por el vandalismo y algunas por la falta de coordinación entre las dependencias gubernamentales encargadas de cuidarlas. Pero hay otras amenazadas por un enemigo peligroso, como lo es el interés personal de sus propietarios que pretenden derribarlas o modificarlas haciendo cocheras, levantando muros, intercalando lozas de concreto para hacer de tres o cuatro pisos fincas que eran de una o dos plantas, o instalando bares o cantinas, transformando totalmente el inmueble y la armonía de la ciudad que pierde así, en aras de un interés personal, el valor que tenía como parte de un patrimonio social.

Es un riesgo latente que debemos afrontar para cuidar nuestra ciudad, y para ello estimo urgente establecer un organismo coordinador de las diferentes dependencias de los tres niveles de gobierno, porque actualmente da la impresión de que cada una va por su lado, pero el embate de los enemigos de la ciudad es permanente y requiere de un frente común para detener su actividad lapidaria. En lo personal me consta el esfuerzo que realiza la Junta de Protección y Conservación de Monumentos y Zonas Típicas del Estado de Zacatecas, que debe recuperar la presencia y la autoridad que tuvo en otras épocas para ejemplo de la República. No olvidemos que Zacatecas fue, después de la ciudad der México, la primera entidad que puso en vigor una ley y una dependencia para el cuidado y protección de nuestros monumentos coloniales y estuvo dirigida por Don Federico Sescosse que cumplió celosamente con esta encomienda.

Urge una política pública que establezca un catálogo de los monumentos históricos con los datos de sus propietarios, el estado físico del inmueble, con notas de ello en el Registro Público de la propiedad; que se le den atribuciones legales plenas a los funcionarios de este ramo para detener la destrucción y deterioro, se otorguen apoyos y estímulos fiscales a quienes las remodelen adecuadamente y se establezcan penas más severas para los destructores del patrimonio.