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En México una de las “democracias” más costosas

Se ha dicho siempre que en nuestro país se despilfarran recursos económicos en cada proceso electoral, no solamente en relación a los sueldazos y compensaciones habituales de quienes encabezan ese organismo, el cual durante un tiempo gozaba de mucha credibilidad, hasta que los partidos políticos metieron a su gente y esa confianza de la ciudadanía hacia las autoridades electorales se vino abajo, más aún al quedar de manifiesto la conducta de integrantes del consejo, comenzando con su presidente con actitudes discriminatorias y de burla hacia indígenas.

Esa falta de credibilidad se extiende a órganos electorales de los estados como Zacatecas, donde el voto ciudadano no se respeta y se manipulan resultados, se permiten acciones indebidas a unos y se les sanciona por menos a otros y hasta anulan elecciones como la de la capital, que no favorecía al partido del gobernador, hasta que se logra el objetivo.

Por algo se dice que el PRI cuando no gana, arrebata.

Obviamente con acciones así, la ciudadanía no confía en las autoridades y con sobrada razón al ver cómo se reparten a manos llenas los recursos del pueblo, el enfado crece.

Nuevamente los mexicanos nos sentimos ofendidos con la actitud del gobierno, ofensa que ha crecido con el mensaje enviado por Peña Nieto; su mensaje de año nuevo que toda la nación ha sentido como burla, con sus explicaciones absurdas y falsedades que ya son parte habitual de su discurso, como lo es su promesa de que su gobierno vigilará que no haya aumentos en otros productos, pues solo está autorizado el incremento a la gasolina, gas y energía eléctrica.